La bolsa y sus mitos

AutorPaul Krugman
CargoPremio Nobel de economía

Como sucede en la mayoría de economistas, usualmente no tengo mucho que decir sobre el mercado bursátil, que es más susceptible que otros a la paranoia masiva. Generalmente, los precios de las acciones tienen muchísima menos relación con la situación de la economía o de sus perspectivas de lo que muchos creen. Ya lo había subrayado Paul Samuelson: “Los índices de Wall Street predijeron nueve de las últimas cinco recesiones”.

Sin embargo, no deberíamos ignorarlos completamente. El hecho de que los principales índices han alcanzado nuevos picos.

QUE NOS DICE

El Dow Jones se ha elevado 177% respecto de su mínimo de marzo del 2009, es digno de destacarse en las noticias. Pero, ¿qué nos estas diciendo? Yo diría que la respuesta no es del todo positiva. En cierto modo, las ganancias del mercado bursátil no son el reflejo de la fortaleza económica sino de debilidad, y entenderlo nos podría ayudar a comprender el preocupante estado que se encuentra la economía estadounidense.

Comencemos por el mito que Samuelson quiso echar por tierra, es decir, la afirmación de que los prejuicios de las acciones son un termómetro de la economía. Este mito solía gozar de popularidad entre los políticos de la derecha, e importantes economistas conservadores publicaron artículos que tenían títulos como “El radicalismo de Obama está destruyendo el Dow”.

Lo raro es que esas frases se hicieron menos frecuentes cuando los precios de las acciones cambiaron de rumbo y empezaron a dispararse, cosa que sucedió seis semanas después de que Obama asumió el cargo. Aunque las encuestas indican que la mayoría quienes se identifican como republicanos todavía no se han percatado de esa alza y siguen creyendo que las acciones han caído durante la era Obama.

En cualquier caso, lo cierto es que hay tres grandes puntos de discrepancia entre los precios de las acciones y el éxito de la economía. Primero, esos precios son un reflejo de las utilidades y no del ingreso total. Segundo, también reflejan la disponibilidad(o la falta) de otras oportunidades de inversión. Finalmente su relación con las inversiones que amplían la capacidad de la economía, se ha vuelto muy tenue.

Respecto al primer punto: el éxito de la economía lo medimos en función de la magnitud en la que genera ingresos crecientes a la población. Pero las acciones no reflejan los ingresos totales del país, si no la proporción que se traduce en utilidades. Esto sería relevante si la participación de las utilidades en el...

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