Bienvenido a la universidad virtual y al aprendizaje de presupuestos

¿Qué sentido tiene una universidad? Hace dos décadas, cuando estudié en la Universidad de Cambridge, la respuesta parecía ser clara: era el lugar donde uno iba a clases, escribía ensayos, conocía a tutores ?y participaba en actividades de ?mejoramiento? tales como deporte, teatro o debates (o fiestas desenfrenadas). Pero ahora mi convicción está comenzando a desmoronarse.

El mes pasado, asistí a un debate del Foro Económico Mundial en Davos sobre el futuro de la educación por Internet, y fue sorprendente por dos razones. Primero, el salón del debate estaba atiborrado, aún cuando se había realizado en un lugar desfavorable y competía con otros temas que encabezaban los titulares. La élite de Davos considera que este tema es supercontroversial. La segunda sorpresa era ver cuánta emoción suscita este asunto. Porque tras bambalinas, Internet está colocando a las universidades al borde de una alteración dramática ?y este cambio podría ser igual o mayor que los shocks que la tecnología produjo en las finanzas, la venta minorista y los medios de comunicación.

Cuando era estudiante, tenía que estar presente físicamente en las clases, encontrarme con mis tutores y prestarme libros. Los estudiantes de hoy pueden descargar libros electrónicos, hablar con un tutor por Skype y mirar las clases en su iPad. L. Rafael Reif, rector del Massachusetts Institute of Technology (MIT), dice que su institución comenzó a colocar sus cursos en Internet hace una década mediante el proyecto denominado ?OpenCourseWare? (contenido docente a disposición de todos). ?En lugar de venir a clases, muchos de nuestros estudiantes ahora solo ven el material en el programa?, dice Reif. Y no solo se benefician los estudiantes del campus universitario, sino que también las personas externas a la universidad se pueden unir al estudio. ?En los últimos diez años, el OpenCourseWare del MIT ha reunido a 100 millones de estudiantes y esto está creciendo al ritmo de un millón por mes?.

De cierta forma, esto es una profunda liberación. Sebastian Thrun, un profesor de Stanford, por ejemplo, publicó su curso sobre inteligencia artificial en Internet hace un par de años ?y desde entonces cientos de miles de personas alrededor del mundo lo han completado. De hecho, uno de estos estudiantes por Internet apareció el mes pasado en el debate en Davos: Khadijah Niazi, una niña pakistaní de 12 años, que anunció que se había pasado los últimos dos años estudiando por Internet cursos de ciencias que...

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