Bestias frágiles, aunque tenaces

Por Cecilia O?neill de la Fuente (*)

Bestias frágiles, aunque tenaces. No me refiero a los abogados que necesitamos, como podría usted concluir del título. El intelectual George Steiner acuñó esta frase para referirse a las universidades como instituciones que están sometidas a tensiones fundamentales: la necesidad de conciliar las, a veces contradictorias, demandas de forjar profesionales que atiendan las necesidades del mercado, de producir investigaciones científicas especializadas, y de formar profesionales cultos. La tensión es evidente pues cultura y erudición no son necesariamente compatibles, como tampoco lo son el pragmatismo con la ciencia.

Hace veinte años, un abogado peruano promedio se dedicaba a litigar en el Poder Judicial, a negociar contratos, a registrar títulos de propiedad, a atender típicos problemas penales, laborales o tributarios. Hoy hace lo mismo y más. Litiga, pero lo hace también en sede arbitral y ante organismos reguladores; negocia contratos, pero lo hace más rápido y ante operaciones más complejas; atiende problemas penales, laborales y tributarios más sofisticados, derivados de la dinamización de la economía.

Hoy, además, los abogados saben que sus clientes son cada vez más exigentes sobre el valor que obtienen del asesoramiento legal; y hay más competencia que empuja a cobrar menores tarifas e imaginar mejores servicios.

Las firmas de abogados cada vez más se ven como lo que son: negocios. Exigen entonces velocidad para convertir el trabajo en cobranzas a los clientes, productividad medida por horas, control de gastos, interés por la tecnología, etc.

Hoy, los abogados saben que el mercado exige emprendedores y que las universidades ayudan a formarlos. Deben...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR