Beijing y Washington navegan en aguas peligrosas

Estos últimos días han ofrecido una oportunidad única para comparar la política de las dos más grandes potencias mundiales. La sombría formalidad del Congreso del Partido Comunista Chino nos muestra un contraste casi hilarante con la alharaca publicitaria ?hecha para la televisión? de las elecciones presidenciales de Estados Unidos.

Las culturas políticas de Washington y Beijing son profundamente distintas, pero los destinos de ambos países están cada vez más entrelazados en formas que podrían ser tanto fascinantes como peligrosas durante el segundo período del presidente Barack Obama.

Es probable que Obama termine su mandato unos años antes de que su país ceda a China su posición como la economía más grande del mundo. La brecha de poder entre EE.UU. y China se está reduciendo y eso ya despierta tensiones entre las dos naciones. China se está volviendo más firme y EE.UU. está empujándola hacia atrás. Los riesgos de un mal cálculo y de generar un conflicto se están incrementando.

Las dos transiciones políticas se han desarrollado en el trasfondo de una amarga discusión entre China y Japón sobre la soberanía de unas islas desiertas en el Mar Oriental de China. Tanto China como Japón están haciendo ruidos belicosos y despachando buques a la zona, alentados por los nacionalistas en sus respectivos países.

EE.UU. está implicado en la discusión debido a la garantía de seguridad que ha otorgado a Japón garantía que Washington ha asegurado cubre las islas en disputa. Hace poco, EE.UU. envió a cuatro ex altos funcionarios a Beijing con el fin de recalcar este mensaje. La semana pasada, unos 44.000 militares de EE.UU. y Japón participaron en ejercicios militares conjuntos.

Una disputa territorial que involucra a las tres economías más grandes del mundo es de por sí un peligro. Esto es aún más preocupante ya que encaja en un patrón de relaciones cada vez más tensas entre China y sus vecinos. Deng Xiaoping aconsejó a su país concentrarse en el desarrollo económico y evitar los conflictos. Era una estrategia brillante que garantizó a China haber podido gozar de aproximadamente 30 años de rápido crecimiento económico, sin que haya tenido una mayor oposición internacional.

Una teoría es que los militares chinos se están convirtiendo en una voz más fuerte en Beijing, a costa de los diplomáticos y tecnócratas en temas económicos. En el Congreso del partido que se llevó a cabo la semana pasada, Hu Jintao, el líder saliente del Partido Comunista hizo una...

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