Barza vs. Real

Por Jorge Barraza. Columnista

Luego de malograr su penal ante el Bayern, Cristiano lucía menos altivo, más humano. También Sergio Ramos, después de mandar el suyo a la segunda bandeja del Bernabéu. Se lo veía como un muchacho normal, de calle, no como ese sujeto atropellador que aprovecha la camiseta del Madrid para cometer todo tipo de fechorías futboleras. Hasta el pillo de Pepe parecía bueno. La derrota ubica. Vuelve a las personas a la tierra.

Que quede fuera el Madrid no asombra. Podía darse. Es un equipo contundente si le dan espacios; cuando se le cierran, es como todos: tardó 76 minutos para hacerle un gol al Apoel. Pero no juega bien. Entre otras cosas, le llegan bastante. Vive a los manotazos atrás. Después del Apoel le tocó un rival veinte veces superior como el Bayern. Cabía suponer que lo complicaría.

Tampoco debe generar perplejidad la eliminación del Barza. Hace dos meses viene aflojando. Lo sostuvo Messi a fuerza de montañas de goles y asistencias. Pero el día que se resfría Messi? El Barza venía sin frescura. Interpretando la partitura como un autómata. Y se equivocó en no fichar a un goleador. No uno de once goles por año. Uno de treinta. El propio poderío del Barza y el Madrid han conspirado contra ellos. Y es tal el encono entre catalanes y madridistas que ninguno quiere dejarle al otro siquiera las...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR