Bachelet y la ola de reformas que buscan transformar Chile

Por gisella lópez lenci@gisellacatalinaLo que no pudo hacer en su primer gobierno, ni consiguió ninguno de los presidentes en democracia, Michelle Bachelet lo ha podido imponer en menos de un año. Primero fue la estratégica reforma tributaria que daría los recursos necesarios al Estado para seguir con el resto de su paquete reformador. Y en el último mes, el Congreso de mayoría oficialista aprobó lo que años atrás parecía imposible: el esperado cambio en el inequitativo sistema educativo escolar (aún falta la educación universitaria), la reforma electoral y la aprobación de la unión civil entre homosexuales. Una ola de cambios que sacude los cimientos de una democracia acostumbrada al statu quo heredado de la dictadura militar.Gracias a que su coalición consiguió la mayoría en ambas cámaras en las elecciones del 2013, algo que ningún partido ostentaba desde el retorno de la democracia, la mandataria ha podido cumplir el grueso de sus promesas electorales. Aún faltan la despenalización del aborto terapéutico, la ley laboral que fortalece el poder de negociación de los sindicatos y el cambio de la Constitución de 1980, aprobada durante la etapa pinochetista. Entre tanto, queda por esperar lo más difícil: que las promesas cumplidas se implementen con eficacia.1 Más impuestos para los ricos En setiembre pasado, el Congreso aprobó el primero de los ejes claves del programa de Bachelet: la reforma tributaria que permitirá recaudar unos US$8.300 millones para asegurar la financiación de una serie de programas sociales, pero sobre todo solventar la reforma educativa.Este cambio permite, sobre todo, aumentar los impuestos a las grandes empresas de forma gradual, de un 20% a un 27%, y ajustar las multas contra la evasión tributaria. También se establecen incentivos para el ahorro y la inversión, un alza en los impuestos al tabaco, el alcohol y las gaseosas con azúcar.2 La reforma de la educaciónEl pasado 27 de enero, y tras ocho meses de discusión en el Congreso, la Cámara de Diputados aprobó el primer pilar de la reforma educativa, dirigida a los escolares. Esta nueva ley, que entrará en vigor en marzo del 2016, prohíbe que las escuelas públicas y subvencionadas por el Estado seleccionen a los alumnos por su situación económica o académica, y elimina la financiación compartida con las familias. Además, a partir del 2017, los colegios serán sin fines de lucro.Aún queda pendiente resolver la gratuidad de los estudios universitarios, mejorar la...

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