El azúcar, las grasas y el corazón

Por tomás unger

Un tema de debate permanente es la influencia de ciertos alimentos sobre la salud. Un ejemplo es el azúcar, producto de la India que se exportó primero a China (siglo 8 a.C.) y luego a Europa. Los médicos griegos del primer siglo describían el azúcar como medicina, pero eso cambió drásticamente con la rápida expansión de su uso a Europa, y al crearse colonias europeas dedicadas al cultivo del azúcar en el siglo XV.A medida que los países han levantado su nivel de vida, han incrementado el consumo de azúcar y grasas, a la vez que han modificado sus dietas. La disponibilidad de todo tipo de alimentos al alcance de una mayoría ha desencadenado una epidemia de obesidad. A esta tendencia se asocian, entre otros, los males cardíacos y la diabetes.Desde los años 60, se vienen publicando diversos estudios sobre los efectos del azúcar y otras comidas, en especial la llamada comida chatarra. Este tema ha vuelto a tomar actualidad porque la revista especializada ?JAMA Internal Medicine?, órgano de la Asociación Médica Estadounidense, ha publicado un análisis estadístico del riesgo de muerte prematura.Se trata de un seguimiento de más de 250.000 personas en diversos países para evaluar la incidencia del consumo de bebidas azucaradas en el riesgo de muerte prematura. El resultado indica un riesgo 17% mayor entre los que consumen medio litro o más de bebidas azucaradas al día.?Estudios financiados?En la misma revista ?JAMA?, hace tres años, fue publicado un artículo del profesor Stanton Glantz donde se llama la atención sobre los esfuerzos de la industria de bebidas para derivar la causa de la obesidad a la comida chatarra. Poco después fue publicado el libro ?Una verdad desabrida? de la Dra. Marion Nestle (sin relación alguna con la conocida marca) sobre las campañas de la industria.En todos los casos se ha mencionado un estudio publicado en 1960 por dos profesores de la Universidad de Harvard en el ?New England Journal of Medicine? (NEJM), minimizando la conexión entre el azúcar y la salud cardíaca, desviando la conexión a las grasas saturadas. El escándalo surgió cuando se descubrió que los autores no declararon haber recibido el equivalente de 50.000 dólares cada uno de una fundación de la asociación de fabricantes de gaseosas, la Fundación Internacional de Investigación del Azúcar (ISRF).El siguiente escándalo surgió a raíz del llamado Proyecto 259, llevado a cabo por el Dr. W.F.R. Power de la Universidad de Birmingham (Inglaterra)...

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