Ayacucho, la ciudad que celebra diez días Semana Santa

Por María Fernández Arribasplata Texto ARCHIVO HISTÓRICO DE EL COMERCIOFotosHubo un tiempo en que la Semana Santa, festividad religiosa más importante de Ayacucho, solo se celebraba por horas. Las iglesias cerraban sus puertas y los curas se marchaban para no volver. No había multitudinarias procesiones, tampoco el olor a incienso en sus calles ni mucho menos coloridas alfombras de flores. Hablamos de la época del terrorismo (1980-1992), cuando Ayacucho fue una de las zonas más golpeadas del país y parecía imposible volver a tener fe. En 1992, con la captura del cabecilla terrorista Abimael Guzmán, la ciudad de las 33 iglesias volvió a iluminarse a la luz de los cirios. Según informó El Comercio en 1993, llegaron unos diez mil turistas ese año, y desde entonces la cifra ha ido en aumento. Si en el orbe cristiano la Semana Santa comienza con el Domingo de Ramos, en Huamanga, la capital de Ayacucho, se inicia desde el viernes anterior con la salida del Nazareno, patrón de Ayacucho, seguido por la Virgen Dolorosa. Una crónica de El Comercio de 1965 cuenta que una de las costumbres es acompañarla dándose hincones con alfileres o espinas, se dice, para compartir el dolor con la imagen. El sábado siguiente se arreglan los templos para el Domingo de Ramos. Desde muy temprano, se bendicen las palmas y flores que luego serán arrojadas por los niños en el camino que recorrerá el Cristo montado sobre un pollino blanco. A partir de las dos de la tarde, los fieles junto a la imagen van hasta la Plaza de Armas, donde reciben el saludo de...

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