Autoridades reactivas, no proactivas

Por Pedro Ortiz Bisso. PeriodistaSi no hay ningún retraso ?aunque con los anuncios de la Municipalidad de Lima, hay que cruzar hasta los dedos de los pies para que los plazos se cumplan?, hoydebe iniciarse el enmallado de los acantilados de la Costa Verde a la altura de la playa Waikiki, en Miraflores. Así, antes de la próxima temporada de verano ?ahora pueden cruzar los brazos, las piernas o lo que deseen? lo que faltaba de la vía debe estar protegida. Mientras eso sucede, hay que rogar para que una piedra no vuelva a desprenderse por alguna de las pendientes y la desgracia que vive el pequeño Thiago no se repita.La única certeza de este trágico, pero a la vez, vergonzoso incidente, es que cuando se culmine el bendito enmallado, esos alcaldes que hasta hace unas horas se acusaban y metían zancadillas, pugnarán por aparecer en la fotografía que los inmortalice. El día de la entrega de la obra aparecerán sonrientes, rebosantes de orgullo, por haber trabajado codo a codo ?literalmente? para que los limeños tengamos una Costa Verde segura. Abundarán los abrazos, los mimos y hasta los besitos y, claro, los encendidos discursos elogiando el intenso esfuerzo conjunto desplegado para hacerla realidad. Y si algún memorioso se atreve a recordarles las disputas de otrora o cómo en su momento hicieron lo imposible por culpar al otro de lo sucedido, dirán que fueron solo pequeños desencuentros, tonterías sin importancia que no vale la pena recoger. Toca mirar al futuro, proclamarán con voz engolada. Lima es más importante que cualquier menuda diferencia.El caso de Thiago nos indigna, no solo porque es un niño inocente, ajeno a estos burdos...

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