El autismo en terapia

Por Juan Paredes Castro. Editor central de políticaLo que faltaba en la insólita política peruana: que el gobierno autista convocara a dialogar a los partidos autistas.En efecto, el presidente Ollanta Humala y su primer ministro, Juan Jiménez Mayor, se han visto prácticamente obligados a crear una urgente terapia de diálogo con los partidos, que pueda calmar la tensa confrontación de los últimos meses y aliviar la atmósfera política que el propio gobierno cargó de toxinas innecesarias.Los poderes que componen el gobierno (no existe la unidad ni la homogeneidad que parece), los partidos que hacen la oposición y los otros ubicados a media distancia de unos y otros, como el Partido Popular Cristiano (PPC), o en línea subalterna al oficialismo, como Perú Posible, se distinguen por vivir intensamente en sus propios mundos interiores (incluso más de cúpulas que de bases), con la más absoluta indiferencia por sus pares y adversarios y por todo lo demás que pueda rodearlos. Ahí radica su autismo, como mal generalizado y consuelo que deben asumir con no poca tristeza.Nadie discute, por ejemplo, la locuacidad del ex presidente Alan García y su capacidad para voltear a su favor algunas coyunturas adversas. Pero esta virtud suya, sumada a la de sus más cercanos aliados y colaboradores, no borra la condición autista de su partido, el Apra, sumido en sus propios intereses y sus propias visiones. No lejos de esta misma condición se instalan Fuerza Popular y su lideresa Keiko Fujimori, con sus propias características autistas. Los apristas pensando todo el tiempo como apristas, los fujimoristas como fujimoristas, los pepecistas como pepecistas, los toledistas como toledistas y, por supuesto, los humalistas como humalistas. Todos...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR