Atlanta es Alí

Por Pedro Ortiz. Periodista

Lo vi por primera vez a ratos amarronado, en otros momentos verde, en un Sony Trinitron de doble perilla, medio cuadrado y rebelde, que un tío muy querido había logrado traer de EE.UU. en plena dictadura militar. La pelea ya llevaba minutos de iniciada, y mi tío y mi padre seguían luchando con la antena de conejo, mientras apretaban unos botones extraños, entre maldiciones y no pocas risas.

Ese es mi recuerdo más antiguo de Muhammad Alí, tumbando a Foreman en Zaire después de ocho rounds infernales, aguantando los martillos que el pelado Earnie Shavers parecía tener en cada guante o perdiendo con Leon Spinks, un novato al que la fortuna le regaló un título increíble.

Alí es uno de mis ídolos, dueño de una grandeza deportiva y moral que trascendió los encordados. Un boxeador estupendo, un líder irrepetible. Por eso, aunque Carl Lewis ganó su noveno oro...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR