Adiós a las armas

Por Mariella Balbi. PeriodistaPocos países prescinden de tener Fuerzas Armadas. No sabemos si son más o menos felices, si sus jóvenes tienen más o menos valores, si el patriotismo existe de manera equilibrada, lejano del siempre nocivo chauvinismo. Los civiles pensamos en nuestro país, los militares asocian a ese concepto el de patria. Siempre es sospechosa la idealización. Ahora que el voto es para todos los peruanos, esas divisiones deberían desaparecer. Lamentablemente no es así. El sector militar sigue mirando con algo de desprecio a los civiles que buscan que no haya segregación y violaciones a los derechos humanos de quienes están en el escalón más bajo de la actividad militar.Eso de servir a la patria ya es en sí un concepto arcaico porque, que se sepa, todos somos iguales y tenemos los mismos derechos. Quienes quieran trabajar en ese sector deben hacerlo voluntariamente, por interés, con ilusión. Ergo, el servicio militar voluntario debe estar medianamente bien pagado. A los oficiales de nuestras Fuerzas Armadas se les asigna un sueldo que cada vez es mejor. ¿Por qué no a los llamados reclutas?Como el sistema de leva era verdaderamente primitivo, se abolió el servicio militar obligatorio. Este gobierno, a cargo de un militar ?que concluyó su carrera como mayor y fue ascendido por cuestiones políticas a comandante?, ha convertido el servicio militar en obligatorio.Falta gente dicen. Puede ser verdad, pero habría que reformar el sistema con creatividad y ofrecerles a los jóvenes tener una carrera. Es obligatorio y, además, discriminatorio porque hoy con el sorteo ?que ya no existía? el joven tiene que ir a ?servir? a...

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