Arguedas es un puente sobre un río profundo: una entrevista a Carmen María Pinilla.

AutorDiez, Jonathan
CargoJos

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

¿Se puede considerar a José María Arguedas como un escritor marginal?

Desde pequeño, José María Arguedas es marginado. Según sus testimonios, cuando llega al colegio de Ica siente que no tiene la misma receptividad que los costefios. Se siente aislado, separado. Él es un niño serrano con dejo serrano y eso, de una u otra manera, lo marginaba. En sus testimonios, él cuenta que el director del colegio de Ica dijo: "Qué equivocados están esos serranitos (refiriéndose al pequeño José María) que vienen a la costa y creen que pueden sacarse buenas notas". Eso le generó una rabia y el pronto deseo de demostrar la valía del hombre andino.

¿Eso lo hiere? ¿Lo disminuye?

Al contrario, Arguedas en alguna oportunidad dijo que el costeño estaba hecho de alfeñique y el serrano de acero. Era un prejuicio que, sin embargo, no creía totalmente, aunque le diera fuerza para afrontar la segregación y discriminación que vivió en casi toda su infancia. Ahora, él no es totalmente marginado porque en el colegio de Ica es aceptado de inmediato. No es rechazado por el grupo de alumnos que lideraba el colegio. Por ejemplo, los De la Borda, importante familia de Ica, lo invitan a su hacienda en Nazca y se siente de igual a igual. Al contrario, esta familia piensa que el pequeño José María es más cosmopolita, más culto, porque conoce las comunidades indígenas. Y él les contaba, les narraba tradiciones y mitos culturales de la sierra.

La muerte de su madre lo marca.

Desde la muerte de su madre, y esto lo dice el psicoanalista Saúl Peña, Arguedas no tuvo un ambiente propicio para hacer el duelo. El padre se va con el hijo mayor, al menor lo da en adopción y a José María lo manda donde la abuela en Andahuaylas. Allí se cría cuatro años con la nodriza, viviendo con lacayos, en la cocina, con los indios, aprendiendo su cultura. Solo y excluido con la nodriza, en una casa de adultos.

Además, luego la madrastra lo margina, lo maltrata, era el arrimado ...

Arístides, el hermano mayor de José María, nunca se separó de su padre. Era el preferido. José María, más bien, fue aislado por su propio padre cuando este se casa con Grimanesa Arangoitia, viuda de Pacheco. Hacendada y poderosa, en su hacienda Arguedas es el arrimado, el marginado, tratado como un lacayo. El hijo mayor de la viuda se lo hacía sentir cada vez que podía. En una oportunidad, José María estaba comiendo mote con queso en la cocina y se encontró con el hermanastro que llegaba de la calle. Este...

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