Desde El Arbolito a la presidencia de la republica: Tabare Vazquez, lider en claroscuro.

AutorOxandabarat, Rosalba
CargoPODER Y SOCIEDAD - Biograf

[ILLUSTRACIÓN OMITIR]

Desde el 1 de marzo de este año los uruguayos tenemos un presidente, que llegó a ese cargo en nombre de y con los votos de la izquierda. Tabaré Vázquez, médico oncólogo de casi nula militancia política antes de 1989, es el primero, en este pequeño país que se jacta de su democracia pero aún no pudo resolver ciertos dramas de la dictadura, en lograr tal milagro.

¿Quién es este Vázquez?, se preguntó la enorme mayoría de militantes y simpatizantes del Frente Amplio (FA) que reúne a la izquierda uruguaya, cuando el médico de nombre indio fue elegido por un puñado de dirigentes como candidato a la intendencia (alcaldía) de Montevideo para las elecciones de 1989. Los que no estaban en el restringido círculo de quienes toman las decisiones no sabían nada de él. El FA nació en 1971 por iniciativa de un grupo de independientes y con la conjunción de los principales partidos de izquierda, encabezados por los históricos, el Socialista y el Comunista. A la cabeza estuvo desde ese nacimiento el general Líber Seregni --candidato a la presidencia ese año y en 1989, ya que en 1984, cuando la dictadura se aprestaba a retirarse a los cuarteles y llamó a elecciones, estaba proscripto-- y continuó estando institucionalmente hasta 1996, cuando renunció a la presidencia del FA y continuó, pero de manera independiente, trabajando por >, Frente, que veía a las puertas del gobierno. Desde 1971 hasta el > de Vázquez en 1989, muchas cosas pasaron en ese Frente castigado hasta el ensañamiento por la dictadura militar (1973-1985), con parte de sus dirigentes --entre ellos Seregni-- y sus militantes presos y otra parte en el exilio. En ninguno de esos capítulos figura el doctor Vázquez, ni tampoco en las revueltas estudiantiles de fines de la década de 1960 se recuerda a un estudiante Tabaré Vázquez.

Su primer acercamiento verificable a alguna forma de militancia pública fue su participación en la comisión que promovió, el mismo 1989, el plebiscito para derogar la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado (llamada popularmente ley de impunidad, que acordó a los militares que durante la dictadura violaron los derechos humanos una amnistía general e irrestricta y el impedimento no solo de la posibilidad de juicios y castigos sino incluso de cualquier investigación para conocer esos hechos). Ya estaba entonces afiliado al Partido Socialista, pero desde hacía poco tiempo.

Se publicitaron sus méritos profesionales y académicos; es un oncólogo con sucesivos estudios de perfeccionamiento en el exterior, profesor universitario de máximo grado, dueño de su propia clínica, consultor de hospitales públicos y privados. La ciudad es un cáncer, no está mal que la trate un oncólogo, se consolaron muchos. Llamó en seguida la atención su larga vinculación al fútbol, lo que lo acerca un poco más a la política; después de todo, de Julio María Sanguinetti, dos veces presidente del país, no se sabe si es más del Partido Colorado o de Peñarol. Después de diversas empresas deportivas en su barrio, Vázquez fue presidente de Progreso cuando ese club barrial eternamente en la segunda división saltó a la primera y a la Copa Libertadores de América. Vázquez también fue propuesto dos veces para la presidencia de la Asociación Uruguaya de Fútbol. Se sostiene que fue Sanguinetti quien lo vetó para el cargo, y se sostiene también que quien pensó en Vázquez para candidato supo de ese veto, y ató cabos: algo olfatearía el viejo zorro de don Julio María en ese doctor: tengámoslo en cuenta.

Tabaré Vázquez aceptó encabezar esa fórmula municipal en momentos difíciles. El plebiscito contra la ley de impunidad se perdió, y el FA, después de un doloroso proceso de fractura, había perdido también a dos de sus grupos históricos, la Democracia Cristiana y el PGP de Hugo Batalla, y todo en 1989. Aceptar ese estreno en esas circunstancias habla, en cierta manera, del carácter del candidato. Pero lo que más sorprendió a la vieja guardia fue un cambio que empezó a palparse acto a acto y presentación a...

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