Islandia aplica su propia receta para salir de la crisis del 2008
Por Silvia Mendoza Martínez
En menos de 20 años, Islandia pasó de ser un país de pescadores a uno que exportaba sofisticados productos financieros. La privatización de su banca, en la década de 1990, engendró a una nueva generación dispuesta a conquistar el mundo.
En el 2007, el país alcanzó la cúspide cuando lo nombraron el mejor lugar del mundo para vivir, sus bancos acumulaban activos por más de 10 veces su producto bruto interno, su desempeño financiero era premiado con la AAA de las calificadoras de riesgo y el Fondo Monetario Internacional (FMI) aseguraba que era el modelo a seguir. Pero, tras el estallido de la crisis del 2008, la economía de esta isla ?ubicada entre Europa y América del Norte? tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia, que incluyó la pérdida de casi la tercera parte de su PBI y una inflación de dos dígitos. De golpe, entró en bancarrota por la crisis materializada en la quiebra de Lehman Brothers, su moneda se desplomó, el principal banco del país se nacionalizó y la bolsa quedó suspendida.
FACTOR GRÍMSSONAnte el nuevo escenario, el FMI y los países nórdicos inyectaron US$ 4.600 millones a la economía islandesa a cambio de que aplique su receta de emergencia. El Gobierno Islandés aceptó un acuerdo que incluía el rescate de sus bancos (Landsbanki, Kaupthing y Glitnir), el incremento de la carga tributaria y severos recortes del gasto público. Sin embargo, cuando todo hacía pensar que el país asumiría con estoicismo el oneroso plan de rescate, apareció en escena su presidente, Ólafur Ragnar Grímsson. A diferencia del Perú, en Islandia quien lleva las riendas del gobierno es el premier, el presidente es una figura decorativa, pero cuenta con dos prerrogativas: suprimir leyes y convocar a referéndum. Grímsson, entonces, hizo valer sus prerrogativas por primera vez en la historia del país: no firmó el acuerdo y convocó a un referéndum para que los ciudadanos decidieran si aceptaban o no la ?socialización? de la deuda heredada de los financieros.
?La gente no tiene que pagar por las locuras de los bancos?, declaró al diario ?El País?, luego de que el 93% de los que islandeses rechazara el acuerdo negociado por el entonces premier Geeir Haarde.
BANCOS AL BANQUILLOLos augurios de quiebra se multiplicaron y de estrella pasó a ser un paria al que el Reino Unido, Holanda y Alemania le exigieron el pago de los 4.000 millones de euros que tuvieron que desembolsar para...
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