El año del antisistema

Por Víctor Andrés Ponce

El acontecimiento político del año es, indudablemente, la elección de Ollanta Humala liderando un programa anticapitalista. Si agregamos que, en la segunda vuelta electoral, el nacionalismo y el fujimorismo representaron a las dos fuerzas que criticaban el optimismo y la euforia que se extendía ante la continuidad institucional del país, sin caer en exageraciones, se puede afirmar que el 2011 fue el año del antisistema.

La negación es un mecanismo de defensa de la psique para no aceptar algo evidente. Las sociedades también niegan. Ahora que el presidente Humala ha archivado su plan anticapitalista y ha decidido continuar el modelo económico e institucional, un sector de la sociedad empieza a olvidar verdades con peso de planetas. En el Perú, como en algunas sociedades occidentales de inicios del siglo pasado, triunfó una propuesta contra el mercado y la democracia (recordemos los bolchevismos y fascismos), pero la correlación de fuerzas de la sociedad, una reserva institucional y democrática desplegada en medios de comunicación, y la propia buena voluntad de Humala y su equipo, han evitado que nos desbarranquemos en el infierno. Seguimos, pues, en la senda.

El intenso capitalismo que experimenta el Perú, pero con un Estado del siglo pasado, la ausencia de partidos políticos que disputen a los radicales el corazón de la gente en la provincia y una regionalización incierta han creado este escenario político donde puede pasar de todo. Las revueltas en Cajamarca contra el...

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