Las ansias de oro

Flash informativo: los recientes descensos en el precio del oro, que ha caído alrededor de 17% desde que alcanzó su valor máximo, demuestran que dicha cotización puede bajar y también subir. Puede que esto parezca algo obvio, pero, como señala un artículo de The New York Times del jueves pasado, ha sido una sorpresa desagradable para muchos pequeños inversionistas de oro, que imaginaban que estaban comprando el más seguro de todos los activos.

Y he aquí el cuento. Una de las realidades centrales del Estados Unidos moderno es que todo está politizado. En la derecha, particularmente, la gente escoge sus puntos de vista sobre cualquier cosa, desde las ciencias ambientales hasta la seguridad de las armas de fuego, ajustándolos a sus prejuicios políticos. Y el extraordinario auge que ha experimentado recientemente el “ansia de oro”, en contra de toda evidencia, demuestra que esta politización puede influir en las inversiones, así como en los votos.

¿A qué me refiero cuando hablo del ansia de oro? No a la idea de que, a veces, comprar oro tenga sentido. El metal ha sido una inversión muy buena desde principios de la década del 2000 y probablemente no se trate de una burbuja. Un modo de verlo es que el oro es como un bono a muy largo plazo que está protegido de la inflación, y los verdaderos bonos a largo plazo protegidos contra la inflación también han experimentado grandes aumentos de precio, lo que refleja una percepción generalizada de que no hay inversiones alternativas suficientes que sean buenas.

No, ser un ansioso del oro significa afirmar que este ofrece una seguridad única en épocas de inestabilidad. También significa afirmar que todo iría bien si se aboliese la Reserva Federal y se volviese a los tiempos del patrón oro, en los que el valor del dólar se fijaba tomando este metal como referencia, y punto. Y ambas formas de ansia dorada están en alza desde el 2008.

En el periodo posterior a la crisis financiera -y en buena medida, incluso ahora-, ver las noticias económicas en la televisión, especialmente en Fox, era ver un montón de cabezas parlantes promocionando el oro, por no mencionar los muchos, muchos anuncios de intermediarios como Goldline. Muchos estadounidenses estaban convencidos: un tercio de los entrevistados por Gallup en el 2011 afirmaba que el oro era la mejor inversión a largo plazo.

Al mismo tiempo, proliferaban los llamados a favor de una vuelta al patrón oro, y no solo entre figuras marginales. De hecho, la plataforma...

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