Un año con Pedro Castillo

Por MartínTanaka

A un año del gobierno de Pedro Castillo, ¿qué hemos aprendido?Rápidamente, descubrimos, y él también, la enorme distancia que hay entre manejarse como líder sindical radical y las exigencias de la presidencia. El Castillo líder de una facción magistral regional cifró su éxito en un discurso antisistema, en la confrontación y la agenda maximalista, para hacerse de un espacio, y en la lealtad de un núcleo regional y familiar, en un mundo muy competitivo y en el que suelen predominar las malas artes políticas. Entre ellas, saber utilizar todas las oportunidades disponibles para acumular capital político en cualquiera de sus formas.Por el contrario, la presidencia exige moverse en el discurso de Estado, intentar representar al conjunto de la nación, donde lo central es tomar decisiones y diseñar e implementar políticas concretas en medio de las restricciones económicas, institucionales y de los tiempos políticos. Dadas esas dificultades, resulta clave tender puentes para evitar el aislamiento. También es central ejercer el poder con cierta consciencia republicana, con transparencia, y evitar conflictos de interés y privilegios indebidos.El paso del sindicalismo a la política de Estado hubiera sido más sencillo para un líder que manejara aquella vieja consigna izquierdista de la protesta con propuesta, lejana a sus tendencias más confrontacionales.El tema es que Castillo no asumió el reto de convertirse en estadista, una tarea que Ollanta Humala, por ejemplo, cuando menos intentó.No ha renunciado del todo al discurso antisistema desde el gobierno, aunque sabe que no le resulta suficiente, lo que se expresa en el derrumbe de su popularidad. Por ello, ha terminado siendo un presidente que no da explicaciones, que no concede entrevistas, que no hace ningún intento serio por comunicar o convencer, salvo en formatos en los que puede intentar actuar como candidato, obviando el hecho de que ya es presidente. Por todo ello, se entiende su enemistad con la prensa.Con todo, la imagen del maestro rural con buenas intenciones al que los poderosos no dejan gobernar parece funcionar todavía para un 20% de los...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR