Alcaldesa 4 x 4

Por Juan Paredes Castro. Editor central de Política

La alcaldesa de Lima, Susana Villarán, vive hoy la misma sensación de perplejidad de cuando ganó la elección municipal por Lima.

Hace dos años no se había preparado para lo que podría ser un triunfo electoral (acabó cosechando los votos en contra de Lourdes Flores) como ahora tampoco quisiera creer que el abierto proceso de su revocación sea una realidad.

Con escasa malicia política y confiada cien por ciento en el mismo convoy que acompañó su candidatura (como si campaña electoral y gestión municipal fuesen la misma cosa), Villarán llegó al puesto sin estar convencida de a qué terreno llegaba.

Y podría terminar su mandato convencida de que la Alcaldía de Lima no solo no es el mejor trampolín para la Presidencia de la República, sino que encierra un pandemonio interno y externo que únicamente políticos cazurros como Luis Bedoya, Alberto Andrade, Jorge del Castillo y Luis Castañeda supieron manejar en su momento y en algunos casos enfrentados con el jefe del Estado de turno.

Más parecida a Ricardo Belmont en su manera ingenua de mirar la política y no saber asociarla a un trabajo municipal, Villarán ha terminado practicando la antipolítica, como sostiene Carlos Meléndez, para quien los enemigos de la alcaldesa no son los ex alcaldes ni los anticaviares sino ?su propio abandono de la política?, que hoy tendrá que revisar y revertir para encarar el Sí y el No que le plantea la consulta de revocación del 17 de marzo del 2013 y los retos pendientes de su obra y gestión municipal, que le demandan algunos giros de por lo menos 90 grados en metas y metodologías.

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