¿Y ahora qué viene?

Por Analista político y experto en seguridad

Keiko Fujimori está con prisión preventiva. Algo fuera del escenario político hace un mes. Estamos ante otro terremoto político.Muchos piensan que si lo sumamos a las deserciones de Petrozzi y Salaverry y el resto de su mesa directiva (con un sentido de oportunidad que solo podemos describir como chocante), más la aparente rebelión de los provincianos, así como la divulgación del chat La Botica, estamos ante el fin del ?keikismo?.No estoy seguro. Hay factores que pueden jugar a su favor y otros en contra en los meses que vienen.A su favor, si nos guiamos por lo sucedido en otros casos similares, la prisión preventiva puede ser revocada en la apelación. Ello sería vendido, políticamente, como que se le dio la razón en el fondo del tema.Otro factor que va a influir va a ser si es la única política importante enfrentando cargos similares que permanece en prisión. Ollanta Humala y Susana Villarán que ya están, desde hace algunos meses, en el período de investigación preparatoria (en la que está ahora Fujimori) están libres. ¿Un complot político, como reclaman los fujimoristas, o investigaciones que van cada una a su propio ritmo? Si es lo segundo, como creo, hay que agregar que todas van muy lento. Parte importante de la lucha anticorrupción pasa por dotar a estas fiscalías con asistencia técnica suficiente, para que avancen al ritmo que el país demanda. (El Caso Toledo, el más avanzado, dada su cobardía al huir de la justicia, tiene en cambio el ritmo que Estados Unidos imponga).En su contra influye, y puede seguir haciéndolo, el ya famoso chat La Botica, donde se juntaba Keiko, con un reducido grupo de congresistas (los que mandaban) y los asesores. La Botica es explicablemente fuerte en sus expresiones, después de todo destinadas solo al grupo, como ellos reclaman con razón. Pero ese no es el problema. Lo es en cambio, que sea tan revelador de un estilo de relación vertical y autoritaria de Keiko Fujimori con respecto a su bancada. Ello tiene que haber impactado negativamente en los que no eran parte de este grupo informal de comando. A los del montón se les indicaba, no solo cómo votar (incluyendo el ?dividirse? para aparentar que la confianza se aprobó por poco), sino llegaron hasta a decirles el momento y la intensidad de los aplausos que podían dar al presidente el 28 de julio. También es revelador porque pone en sus propias palabras lo que ya todos sabíamos; a saber, que se...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR