Y ahora, ¿quién le pone el mango a la tenaza?

Por Juan Paredes Castro

Después de mucho tiempo hemos escuchado a un ministro de Defensa, aludir, enfáticamente, como lo ha hecho Pedro Cateriano, a la tenaza gubernamental con que debe combatirse al terrorismo y al narcotráfico.

Si Cateriano cree en la urgente decisión de construir un solo frente de guerra habremos empezado a superar, por lo menos en el concepto, el error garrafal de que el narcotráfico es un blanco policial-judicial y el terrorismo un blanco político-militar.

He aquí una primera debilidad que convendría dejar atrás, en beneficio de una estrategia mucho más amplia y cohesionada, en la que a la inteligencia militar y policial pueda añadirse otras capaces de romper el actual vínculo y camuflaje de los cuadros narcoterroristas con las poblaciones civiles.

El narcotráfico y el terrorismo tienen sus características y amenazas particulares, pero no es ningún secreto que ambos actúan en alianza de intereses y estrategias y con una capacidad corruptora y de infiltración que les permite ganar impunidad donde operan.

Alianza de intereses y estrategias que desde su lado el Estado Peruano debiera generar y articular dentro y fuera del gobierno, en lugar de pretender ver una novela inventada por la prensa ahí donde se mueve la historia real, cruda y dura de la ofensiva política y militar terrorista.

El problema para el titular de Defensa es cómo y con quién le pone el mango a la tenaza antinarcoterrorista, principalmente después de los últimos reveses policiales-militares en el Vraem, incluido el de ayer.

Una manera de ponerle el mango apropiado a la tenaza que Cateriano quiere usar supuestamente con éxito y del brazo del ministro del Interior Wilfredo Pedraza, es poniendo en jaque al...

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