Y ahora, ¿cómo haríamos?

Por Rolando Chumpitazi. Editor de Lima

A la luz de lo sucedido, alguien metió la pata en la municipalidad. No lo quieren reconocer y, por ende, la reforma del transporte en Lima está pendiendo de un hilo. En la Túpac Amaru, al menos, el reordenamiento se rompe desde hoy con el regreso de las cien combis de la empresa Solidaridad.

Esta vez no fue una acción de amparo. Fue más bien una resolución de la Comisión de Eliminación de Barreras Burocráticas del Indecopi la que le puso luz roja a las acciones del municipio metropolitano. En su defensa, Indecopi dijo que quien metió la pata fue el propio concejo, que obvió algunos procedimientos administrativos, y entonces, todo se fastidió.

La municipalidad no reconoce su error y, por el contrario, insiste en que el reordenamiento del transporte sigue de todos modos. Desde la Gerencia de Transporte Urbano (GTU), María Jara dice que van a impugnar la resolución. Que no se darán por vencidos y que en segunda instancia, ganan de todas maneras.

El Indecopi ha defendido su proceder. Afirman que no quieren entrar en un debate político ?al que, si no se dieron cuenta, ya entraron sin querer queriendo?, que no buscan favorecer a nadie y que solo velan por un buen sustento jurídico de los procesos. De no hacerlo, el Indecopi sostiene que el Poder Judicial revocaría fácilmente las ordenanzas municipales.

Y es allí donde parece radicar el problema: en la fortaleza de las ordenanzas. Las intenciones podrán ser todo lo buenas que se quiera ?de hecho, no creo que haya limeño que no apoye el reordenamiento del transporte público?, pero estas deberán ser trabajadas de acuerdo a ley y a los procedimientos administrativos vigentes. Una...

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