Las agujas contra el dolor

Por Julio Escalante RojasLa doctora Teresa Bastidas carga siempre con sus agujas, como quien lleva goma de mascar o cigarrillos en la cartera para aliviar sus momentos de estrés o de ansiedad. A cualquier hora, si en verdad lo necesita, puede tomar una pequeña y delgadísima aguja y colocarla en el punto analgésico que está en la mano, entre el dedo índice y el pulgar.Un cuarto de paredes verdes, tres diplomas enmarcados, un cuadro con la foto de una catarata, un incienso prendido, un par de velas rojas apagadas, un vaso de agua sobre el escritorio, una radio encendida de donde viene música relajante y pensamientos positivos, una camilla, una figura del cuerpo humano que marca todos los puntos de la acupuntura, algodón y alcohol, muchas agujas. Tres días a la semana Teresa Bastidas da sesiones en este consultorio en Miraflores. También hace visitas a domicilio. El resto del tiempo, es médico general y de emergencias del Hospital Central de la FAP. Aquí también, si hay que calmar el dolor de un paciente, ella le pide permiso para sacar sus agujas. Solo basta con una en el punto correcto. A veces solo es necesaria la digitopuntura: en lugar de agujas, Bastidas aprieta con la yema de sus dedos el lugar del cuerpo que conecta con el órgano dañado. Un toque sobre la frente puede hacer más que una inyección o unas pastillas. Los pacientes que van a su consulta de acupuntura han pasado varios años recibiendo medicinas y solo mejoran un tiempo para volver a recaer. Están cansados y quieren creer por fin que pueden curarse. Pero es común que los pacientes no sean constantes con el tratamiento recomendado. Cuando ya se sienten mejor dejan de acudir a consulta. Con sus agujas, Bastidas trata migrañas, artrosis, artritis, gastritis, males respiratorios, insomnio, depresiones. Está convencida de que la mayoría de enfermedades son una reacción a decepciones y odios acumulados. A ella la acupuntura la curó. A los 17 años recibió una beca para estudiar medicina en Rusia. Fue allí, cuando tenía ya 23 años, que sufrió una grave enfermedad que la dejó en coma y perjudicó todo su sistema digestivo. Continuó durante un tiempo con malestares y en las noches, cuando se recostaba para dormir, surg ía el peligro de que sus jugos gástricos subieran hacia su garganta. Debía someterse a una operación urgente; pero, en la semana previa, uno de sus profesores ? que practicaba la acupuntura ? le propuso un tratamiento de diez...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR