La agenda global se hace en Davos

Por Jaime De Althaus. Periodista

En la reunión anual del Foro Económico Mundial en Davos, a la que fui invitado, se reúne la élite mundial. Allí se juntan jefes de gobierno, presidentes de empresas globales, directores de los medios más importantes, académicos laureados y analistas de alto vuelo que interactúan muy horizontalmente en paneles públicos y en reuniones privadas. Allí, no en las Naciones Unidas, se forma la agenda mundial.

Los problemas más agudos se discuten franca y directamente. En un panel con los primeros ministros de la primavera árabe, el conductor, Fareed Zakaria, le preguntaba al egipcio cómo era posible que en la nueva Constitución la mujer tuviese derechos disminuidos. Y en el mundo árabe en general. ¿Qué era entonces la primavera árabe? Los interpelados respondían que la mujer es libre legalmente y que la primavera árabe, como impulso democrático, puede sucumbir si la economía no genera empleos suficientes para los jóvenes, que revertirían al fundamentalismo.

Pero la recuperación económica árabe depende de la europea. Europa fue capaz de responder unificadamente y autorizó al Banco Central Europeo bajar tasas de interés, inyectar liquidez y comprar bonos estatales, lo que generó un cierto alivio y recuperación de las bolsas. Pero con eso el Banco Central solo compró tiempo para que se puedan hacer reformas estructurales (flexibilización laboral, sistema pensionario, desregulación, integración financiera, etc.) que permitan volver a crecer. El problema es que el alivio monetario ha inducido cierta complacencia disminuyendo la sensación de urgencia. Por eso Cristine Lagarde, directora ejecutiva del FMI, reclama mantener el ?momentum? y no relajarse.

El premier inglés David Cameron propuso un TLC Unión Europea-Estados Unidos y exigió una Europa...

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