Acuerdos de reestructuración: claves para la sustentabilidad

AutorMartín Burbridge

La crisis triplicó el nivel de pasivos de muchas empresas endeudadas en el exterior. La mayoría renegoció sus deudas, pero para algunas, el fantasma del default sigue vigente

¿Cuál es la clave para que una empresa minimice el riesgo de tener que sentarse nuevamente a renegociar con sus acreedores? Luego de la crisis financiera que padeció la Argentina hace cuatro años, para muchas empresas endeudadas en dólares que encararon una renegociación de sus pasivos, llegar a un acuerdo que les evite otra cesación de pagos es vital.

El deterioro del peso argentino fruto de la devaluación del 2002 triplicó el endeudamiento de muchas compañías locales que necesariamente debieron iniciar un camino de negociaciones para reestructurar su deuda.

La experiencia a partir del 2003 en materia de reestructuraciones dio la pauta de que muchas empresas lograron imponer a sus acreedores la visión del "dolor compartido", es decir, trasladar parte de las pérdidas sufridas por haber contraído deuda en moneda extranjera y la pesificación impulsada por el Gobierno, lo que les permitió aplicar quitas en los pasivos.

Para Cristian Giuntoli, chief financial advisor de PricewaterhouseCoopers, "en otro contexto, raramente las reestructuraciones reconocen quitas explícitas sobre el capital sin contraprestación alguna".

También está la exitosa implementación de los acuerdos extrajudiciales (APE) llevados adelante por compañías como Telecom, Ausol, Sideco, Multicanal, Transener y Acindar. Las expectativas de negocios fueron las bases sobre las cuales se plantearon estos acuerdos, lo que generó nuevos riesgos de incumplimiento de los compromisos asumidos.

Evolución

Giuntoli pone el foco en que esta situación no es la misma para todas las empresas. Por ejemplo, Acindar supo sacarle provecho al beneficio cruzado de la recuperación del precio internacional del acero y de la pesificación de sus costos.

Como se puede ver en la infografía, el nivel de deuda de la siderúrgica respecto de su ebitda pasó de 5,1 en el 2001 a 0,6 en el 2004, lo que significa que hoy la compañía puede cancelar, con lo que genera de caja, toda la deuda reestructurada en menos de un año.

Distinto es el caso de Hidroeléctrica Piedra del Águila, donde luego de su proceso de reestructuración, su relación de deuda respecto del ebitda pasó de 4,5 en el...

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