Acorralada, sola y en el hoyo

Por verónica goyzuetaDesde Sao PauloLa rapidez con que la fiscalía y la policía brasileña están alimentando diariamente las primeras páginas de los diarios tiene en vilo al Gobierno, a toda la clase política y a buena parte del empresariado de construcción. En una semana, la policía ha pasado por las casas de senadores y diputados confiscando bienes, ha puesto en duda la reputación del presidente del Congreso, Eduardo Cunha, y ha confirmado las denuncias contra el magnate Marcelo Odebrecht y presidentes de otras constructoras. Según el informe de la policía, hay pruebas de que Odebrecht conocía y tenía participación directa en la trama de corrupción, así como que trató de obstaculizar y levantar una cortina de humo sobre las investigaciones. En una nota de prensa, la empresa Odebrecht informó que la policía está sacando de contexto las anotaciones de su presidente. ?La [distorsión] más grave es el intento de atribuirle a Marcelo Odebrecht la responsabilidad por los ilícitos gravísimos que están siendo investigados?, dice la nota, que critica a la policía de Paraná por realizar grabaciones dentro de la celda del ejecutivo. En el terreno político, tanto el gobierno de Dilma Rousseff como sus aliados, e incluso sus opositores, tienen motivos para preocuparse. La trama de corrupción investigada en la petrolera Petrobras tiene una década, pero revela raíces profundas en relaciones que las constructoras brasileñas sostienen desde los años 60 con los diferentes gobiernos de turno. Con una aprobación de apenas 7,7%, la peor de un presidente en casi 30 años, Rousseff se tambalea bajo las presiones por un juicio político, articulado por opositores e incluso aliados, como Eduardo Cunha que, tras ser citado en las denuncias, amenazó con convertirse en su peor enemigo. Cunha quiere ponerle dos comisiones parlamentarias de investigación en el camino (una sobre fondos de pensión y otra sobre el banco de fomento brasileño). Ambas sumadas a las denuncias de Petrobras pueden hacerla caer. De mal en peorLa encuesta sobre la popularidad de Rousseff, difundida ayer, muestra también el pesimismo de los brasileños en temas claves, como empleo, salud, ingresos, educación y seguridad pública. El 62,8%...

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