Cuando acepto caer en la trampa

Por Agustín Montoya Lazarte. Abogado de Montoya, Chacón y Morales Atraído por la publicidad de un proveedor que anunciaba la venta de la pelota del Mundial, un amigo se acercó al establecimiento comercial, eligió la pelota y al momento de querer pagar, la persona responsable de caja le comunica que esa pelota que ha elegido tiene un precio mayor en S/. 15 al que figura en la promoción.Sorprendido, le muestra la publicidad y el precio anunciado. Frente a ello, el encargado le responde que la pelota del Mundial tiene dos versiones, la más conocida por el mercado, que es blanca, y la menos conocida, que es negra. La pelota blanca, que es la que eligió, es la que tiene el precio mayor, y la pelota negra es la que tiene el precio promocional.Al recibir esa información, mi amigo se fijó bien en el anuncio publicitario y, efectivamente, en él no se detalla qué versión es la que se encuentra con el precio promocional, pero tampoco el aviso publicitario informaba que había dos versiones del producto y, además, la foto de la pelota que aparecía en la publicidad estaba difuminada, de tal modo que no se podía saber si lo que ofrecían era la versión blanca o la negra.Para no reclamar en ese momento y no desilusionar a su hijo, que era con quien había ido a hacer la compra y para quien era la pelota, decidió pagar los S/.15 adicionales y llevar la pelota blanca, que era la versión más conocida y publicitada del producto.Ya en casa, se da cuenta...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR