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AutorThe Economist

El nombre del Grand Global Hotel habla de ambición, pero el proyecto enfrentó problemas con los bancos incluso antes de que terminase su construcción. GroFin, una entidad especializada, salvó la situación y hoy el establecimiento prospera, pero la experiencia con la banca de su país todavía le duele al propietario del hotel, Emmanuel Tugume: “No se ajustan a gente como nosotros, buscan a los clientes grandes”.

Las pequeñas y medianas empresas (pyme) de todo el mundo se quejan de sus problemas de acceso al financiamiento, pero el problema es peor en los países en desarrollo. Cerca de dos tercios de las pyme en esas regiones enfrentan esas dificultades, comparadas con un sexto en el mundo desarrollado, según la Corporación Financiera Internacional (CFI), el brazo del Banco Mundial que otorga préstamos al sector privado.

La entidad calculó una “brecha de crédito” de US$ 1 millón de millones para empresas pequeñas pero formales en el mundo en desarrollo en el 2011, pero la escasez sería mucho mayor si se tomasen en cuenta las informales.

Muchas firmas prestan a personas que buscan empezar un negocio, pero ese “microcrédito” es típicamente minúsculo, efímero y caro. Canaliza fondos a empresas improductivas y diminutas, a menudo sin empleados, de modo que aquellas con mayor potencial de crecimiento deben buscar en otros lados.

Y los bancos no están apurados por cerrar esa brecha. Si bien proporcionan el 58% del financiamiento de las pyme en el mundo desarrollado (otro 30% viene de entidades estatales), con frecuencia se rehúsan a prestar más, pues muchos consideran que es más seguro otorgar créditos a empresas establecidas o al Gobierno.

Ello deja un espacio para prestamistas más especializados como GroFin, que intentan limitar los defaults de la manera tradicional: conociendo muy bien a sus deudores. “Todo negocio tiene un historial, pero a veces este se halla en la cabeza del cliente”, sostiene Arigye Munyangabo, ejecutiva de inversiones de la entidad en Uganda. Las visitas regulares y la asesoría ayudan a conocer esa información.

GroFin cobra tasas ligeramente mayores que las de mercado y en doce años de existencia ha otorgado financiamiento por US$ 260 millones a pyme en África y Medio Oriente. Otras experimentan con diferentes modelos, como EFTA (en Tanzania), que ofrece arrendamiento financiero de equipamiento, un esquema que evita la necesidad de garantías, pues puede recuperar la maquinaria si el cliente no paga su alquiler (instala...

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