El abuso del derecho y la JNJ

Por Fundador del Comité de Lectura y cofundador de Recambio

Imaginemos que entra al poder un gobierno populista con un discurso fuertemente antiempresarial, acompañado por un Congreso en el que no tiene mayoría pero cuyas bancadas endosan ese mismo discurso. Muy al inicio de su mandato, empiezan a aparecer denuncias muy serias que comprometen penalmente al nuevo gobernante y, para desviar la atención pública, este decide echar mano de una de sus principales propuestas de campaña: expropiar empresas.El gobernante cita a su despacho al ministro de Justicia, que es el asesor jurídico del gobierno, y le pregunta: ?¿Qué tengo que hacer para poder expropiar empresas? Quiero empezar por estas, porque sus dueños le dieron financiamiento de campaña a mi rival?.El ministro de Justicia responde que hay un artículo en la Constitución, el 70, que dice: ?A nadie puede privarse de su propiedad sino, exclusivamente, por causa de seguridad nacional o necesidad pública, declarada por ley, y previo pago de una indemnización justipreciada que incluya compensación por el eventual perjuicio?.?¡Ajá! ¡Ahí está reconociendo que sí podemos hacerlo!?, exclama jubiloso el gobernante, proyectándose al momento en el que gritará ?¡Exprópiese!?, cual émulo de un finado expresidente venezolano.El ministro le hace notar que la Constitución exige tres condiciones para ello. La primera y más importante es que se pueda acreditar una causa de seguridad nacional o necesidad pública. ?¡Fácil!?, dice el gobernante, ?podemos decir que son monopolios, que explotan a sus trabajadores o que quieren tirarse abajo a mi gobierno, el pueblo va a comprar cualquiera de esas cosas?.A quien hay que convencer primero, advierte el ministro, es al Congreso, porque la segunda condición es que este saque una ley que diga cuál es esa causa de seguridad nacional o necesidad pública. ?¡No es problema porque ellos van a estar de acuerdo!?, retruca el gobernante, ?solo vayamos llamando al ministro de Economía para ir viendo qué obras les vamos a ofrecer a los congresistas en sus regiones para que voten con ganas y se apruebe en dos patadas esa ley, sin que los empresarios tengan siquiera la oportunidad de defenderse?.?Al menos habrá que pagarles la indemnización correspondiente?, recuerda el ministro, aludiendo a la tercera condición que prescribe la Constitución. ?Acuérdate de mí: no les vamos a pagar un sol y la gente hasta nos va a aplaudir?, sentencia el gobernante. ?¡Pero...

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