'Mi abuelo me decía que tenemos sangre real?

Por Ronald Elward

Cuando conocemos a don Octavio Sinchi Roca Zúñiga (71 años) es agosto y está empezando el momento para arar la tierra y sembrar maíz. En poco tiempo algunos trabajadores estacionales llegarán para laborar en sus tierras. Estas quedan en las afueras del distrito de San Jerónimo, a unos 10 km de Cusco.

Los Sinchi Roca forman una de las familias nobles más importantes en esta antigua reducción, junto con los Atayupanqui y Túpac Yupanqui. Ellos descienden del inca Wiracocha, que gobernó probablemente en las primeras décadas del siglo XV. Don Octavio cuenta: ?Gran parte de las tierras aquí pertenecían a mi abuelo, pero sus posesiones fueron divididas entre sus hijos y después entre los nietos?.

El modelo de propiedad de la tierra que existe aquí sigue reproduciendo el modelo establecido en la época inca: el inca y los curacas tenían sus tierras en la parte baja del valle, que son las mejores; después venían las de la clase alta y, en las partes superiores, las tierras del pueblo.

Don Octavio es uno de los pocos personajes que hemos hallado en esta investigación que todavía mantienen algo de la memoria de sus ancestros. ?Mi abuelo y mi padre siempre nos decían que somos una familia inca, que tenemos sangre real, que tenemos derechos?, afirma con solemnidad.

PRUEBAS DE IDENTIDADSu hablar es tranquilo, pausado. Ha recibido una buena educación y es un hombre sofisticado, bien vestido. Dice sentirse orgulloso de descender de reyes incas. Pero no siempre fue una experiencia feliz.

?A principios de los años 50, con un grupo de 15 jóvenes de San Jerónimo, fuimos los primeros en ir al colegio en Cusco. No fue nada fácil porque nos discriminaron social y racialmente. Fue una época dura, pero eso hizo que los 15 seamos hoy los mejores amigos?, cuenta. Al colegio le siguió la universidad y trabajó primero como profesor y después en varios cargos administrativos.

Tiene en su posesión un documento del año 1655: es una probanza que señala que su antepasado, Diego Sinchi Roca Ynga, era hijo legítimo de Alonso Sinchi Roca Inga y de Pascuala Sinchi Roca Ñusta Coya. Una probanza de nobleza era un documento indispensable durante el virreinato para demostrar que uno era de ascendencia noble prehispánica. Eso servía para no pagar tributos, hacer labor pública o servicio personal para los españoles.

Las primeras probanzas aparecen alrededor del año 1570, cuando el virrey Toledo reorganiza el sistema tributario. Cada probanza tenía que ser argumentada...

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