Abrir la mente

Por inésTempleLea mañana en Economía a Walter Bayly El Comercio no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta. Pocas cosas me gustan más que conocer personas con ideas nuevas y muy diferentes a las mías. Con paradigmas que cuestionen los míos. Eso hace que mi mente se abra y se renueve, esté atenta y curiosa otra vez. Una de las cosas que más temo es quedarme atrasada con ideas que no han evolucionado, como les pasa a muchos que no son capaces de ver más allá de la seguridad de lo conocido. Ejemplos abundan: ayer en Santiago, el chofer de Uber me pide que me siente adelante y me explica que así se ahorra la furia de los taxistas que agreden toda competencia moderna que consideran desleal. Ellos, en vez de tratar a su vez de mejorar la experiencia que brindan a sus pasajeros, luchan por un statu quo que se fue. Pierden vigencia batallando ideológicamente contra la modernidad.Luego, en la oficina, me cuentan de los casos difíciles que están viendo y del dolor que sienten por un grupo de personas totalmente desactualizadas que nunca esperaron quedarse sin trabajo, aunque sabían ?como todos? que la mina cerraría en poco tiempo. Sufro por ellos, necesitarán mucha ayuda para enfrentar el mercado laboral. Pero pienso: ¿qué hacer para que algo así no me pase jamás? ¿Cuáles de mis ideas hoy podrían estar limitando mi futuro? ¿Cuáles de mis creencias podrían marcar en algún momento el fin de mi propia vigencia? Por otro lado, en la oficina en Lima, trabajamos cada vez con más ejecutivos extranjeros que escogen recolocarse o montar sus negocios en nuestro país en vez de volver...

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