7 de junio

Por Periodista

Ya resulta ocioso describir la guerrita ridícula y agotadora que se ha desatado en redes sociales. Un intercambio de gritos donde el diálogo parece haberse extinguido como forma de comunicación. El tema no es nuevo. Albert Camus escribía, en 1946, en su ensayo ?Salvar vidas?: ?Con excepción de algunos tramposos, todos, de la derecha a la izquierda consideran que su verdad es la adecuada para promover la felicidad en los hombres. Y, sin embargo, la conjunción de esas voluntades desemboca en este mundo infernal […] donde es imposible decir una palabra sin ser de inmediato insultado o traicionado?.Sacarse los ojos por defender un punto de vista parece un rasgo que nos define como seres humanos. Hay más elegancia en un par de bestias que se agarran a cornadas para definir quién es el macho alfa de la manada. En otras latitudes, sin embargo, lo que soporta este instinto de muerte del que habla Camus, son instituciones sólidas en las que da más o menos lo mismo quién sea el loco de turno que sube al poder, porque hay elementos para controlar sus ansias de imponerse. Donald Trump en Estados Unidos fue un bravucón al que el Congreso y el Poder Judicial le pusieron un pare cada vez que quiso perpetrar alguna atrocidad. En Inglaterra no se descuartizaron en las calles después del Brexit porque los equilibrios de poder funcionan y las decisiones, aunque sean una demanda popular, se matizan en beneficio de todos.En este lado del mundo surgen los Chávez, Bolsonaros, Noriega, Evos, sin nada que los contenga: sin partidos políticos, sin oposiciones organizadas. Lo primero que hacen es desaparecer lo que existe (Congreso, Poder Judicial, Constitución, Tribunal Constitucional) y luego recrearlos a su gusto para ejercer el poder absoluto. Ya sé que están pensando en el candidato Pedro Castillo cuando me refiero a la pésima costumbre de jugar tiro al blanco con las instituciones democráticas, pero no; no canten victoria. Alberto Fujimori en su mensaje del 5 de abril de 1992 se voló el Congreso de la República, el Tribunal de Garantías Constitucionales, el...

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