Al menos nueve playas de Lima y Callao están repletas de escombros y basura

Por Luis García BendezúAlgunas playas de Lima están tan sucias que cuesta caminar por ellas. En vez de arena, lo que abunda son montículos de escombros y basurales. El problema es simple: la costa ha sido usada por años como el botadero clandestino de la ciudad. El Comercio recorrió esta semana el litoral, desde Lurín hasta Ventanilla, y constató que en nueve playas las condiciones de salubridad son deprimentes.La contaminación por vertimiento de escombros es una de las más frecuentes. Solo en el sur de Lima, entre la playa Barlovento y el río Lurín, hay ocho kilómetros de costa que están repletos de desechos de construcción. Cerca al peaje Villa, algunas academias de manejo aplanaron el desmonte y construyeron una pista de práctica.En la playa chorrillana de Villa hay un kilómetro del litoral en el que se arrojan escombros y residuos orgánicos. Cerca de ahí, el municipio distrital tiene un centro de acopio de basura. La comuna informó a este Diario que en el lugar funciona una máquina compactadora de desperdicios y que esta será retirada cuando se inaugure la planta de tratamiento de aguas residuales (PTAR) de La Chira.El Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Lima (Sedapal) estima que el PTAR de La Chira empezará a operar en el primer trimestre del 2015. Hoy, el mar de Chorrillos recibe cada segundo 6 m3 de aguas servidas sin tratar que salen del colector. La Dirección General de Salud Ambiental (Digesa) asegura que la contaminación se concentra en ciertas playas, pero que no compromete a toda la costa limeña. En invierno, esta entidad monitorea quincenalmente la salubridad de 59 balnearios de la ciudad. El último reporte, del 9 de mayo, señala que las playas más insalubres son Márquez y Oquendo, ambas ubicadas en el Callao.Digesa supervisa la calidad sanitaria del agua marina y la limpieza de la arena. Pero hay contaminantes que no son monitoreados, explica Elmer Quichiz, director de Ecología y Protección del Ambiente, de dicha entidad. Es el caso de los residuos industriales o de construcción. Asimismo, Digesa solo interviene en las playas que tienen bañistas y no en todo el litoral limeño.Digesa no ha certificado, por ejemplo, cuál es la calidad del agua marina en Magdalena y San Miguel debido a que sus playas no son consideradas balnearios. En estos sectores se vertió durante años residuos de construcción. El Comercio constató que ahí hay plásticos, maderas y fierros.?Lo concreto para la Defensoría del Pueblo...

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