Memorias de la señal abierta

Por Raúl Cachay. Columnista

Para los que nacimos en alguna década lejana, de esas que aún tenían su propio estilo y personalidad (la del 70, en mi caso), nuestros primeros contactos con el fútbol de verdad, que son los que finalmente terminan fraguando una vida entera de patológica obcecación por ese deporte, solo se pudieron dar a través de la señal abierta.

En blanco y negro o a color, la única manera de gozar o sufrir con las proezas y dislates de nuestra selección o nuestros clubes favoritos (una de las grandes novedades del advenimiento y la posterior hegemonía del cable fue que se empezaran a transmitir partidos de todos los equipos, no solo de los llamados ‘grandes’ de la capital) era sintonizar la señal del canal tradicional de turno que transmitía los juegos.

Eran tiempos en los que se favorecía una experiencia comunitaria: para el partido del domingo, sobre todo si se trataba de un clásico, un juego de liguilla o una final, la gente solía prepararse con anticipación, durante los días previos, como solo suele ocurrir hoy en día cuando Perú juega un partido de Eliminatorias o el Barcelona debe enfrentarse a algún otro coloso europeo por la Champions.

Por eso, la noticia de que al fin se concretó el regreso del fútbol peruano a la señal abierta, y encima a través de TV Perú, que tiene una cobertura que...

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