Obama debe ahora compensar el no haber hecho nada por revertir el cambio climático

Con las referencias que hizo sobre tormentas violentas, corrientes heladas y nubes que se aproximan, el clima ocupó un lugar importante en el discurso que Barack Obama pronunció en su primera inauguración. Incluso prometió hacer algo sobre ello: ?disipar el espectro del calentamiento global?. Y es evidente que trató de hacerlo. De las tres grandes reformas en su primer mandato, que incluyen la sanitaria y la de Wall Street, solo falló el programa de límites e intercambio (?cap and trade?). Aun así, perjudicó a su partido en las elecciones de medio término. Las personas realistas dicen que sería un suicidio si lo intentara de nuevo. Pero el propósito de las ceremonias inaugurales es levantar nuestra mirada hacia el horizonte. Una revisión general del sistema migratorio y frenar la violencia con armas de fuego son metas dignas de cumplirse. Pero ninguna de ellas se compara con la salud del planeta.

De hecho, Obama ha estado ?pensando largo y tendido sobre el cambio climático? desde las elecciones, según un alto funcionario de su gobierno. La mayoría de sus asesores le están aconsejando que sea modesto. Aquí presento tres razones por las cuales el presidente de Estados Unidos debe arriesgarse a que le hagan reproches e incluso a que se burlen de él por picar alto. En primer lugar, los chanchos volarán antes de que Washington sea bipartidario otra vez. No importa lo que haga Obama sea que implemente un plan para subsidiar los hula-hula o haga una larga caminata por el bosque con el ayatola Jamenei de Irán siempre tendrá la oposición de la mayoría de los republicanos. Debería arriesgar su capital en algo que realmente logre cambios.

En segundo lugar, la realidad del calentamiento global es más drástica actualmente que hace cuatro años en la mayoría de aspectos y de manera alarmante. El último informe emitido por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) se publicó en el 2007. Los subsiguientes incrementos en la temperatura, la velocidad de la desaparición de la capa de hielo en el verano del Ártico y el aumento de sucesos extremos del clima demuestran claramente que sus pronósticos eran conservadores y no alarmistas. A pesar de La Niña, el fenómeno climático que baja las temperaturas en el Pacífico, 12 de los 14 años más calurosos jamás registrados desde 1880 se han producido en este siglo. Cada uno de los últimos 36 años ha excedido el promedio del siglo XX.

Además, la conexión en la mente del público estadounidense entre el...

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