40 aniversario.
Autor | Zeballos Manzur, Molvina |
desco cumple cuarenta años. A lo largo de ese tiempo, como institución hemos construido una identidad, a partir de nuestra apuesta terca por el desarrollo y el cambio social en el país, que tiene entre sus múltiples dimensiones, imposible ignorarlo, la política. En distintos momentos de la historia reciente, muchas ONG en América Latina hemos sido cuestionadas --desde el Estado así como por diversos actores del sistema político-- debido a nuestras posiciones y muchas de nuestras acciones, como parte del intento --las más de las veces autoritario-- de condicionar nuestra actividad y pautar nuestro rol.
No puede ser de otra manera en un continente como el nuestro, marcado profundamente por la desigualdad y la exclusión que caracterizan las relaciones entre sus habitantes y que alimentan sistemáticamente el conflicto social. No puede ser de otra manera cuando, como es nuestro caso, apuntamos a contribuir al cambio de las relaciones de poder en nuestras sociedades, fortaleciendo y ampliando las capacidades de los ciudadanos --en particular de los sectores mayoritarios, secularmente excluidos-- para transformar los mecanismos, las normas y los procedimientos a partir de los cuales se generan y distribuyen de manera inequitativa y desigual los poderes materiales y simbólicos.
CUARENTA AÑOS DE CAMBIOS
Durante estos años hemos acompañado los distintos y profundos cambios ocurridos en el país, buscando posicionarnos en ellos a partir de nuestra razón de ser: la promoción con los sectores populares de alternativas de desarrollo que mejoren su calidad de vida, así como de prácticas democráticas que las sustenten. Hemos participado de un tiempo dramático e intenso, en el que se sucedieron el auge y la caída del velasquismo con todo lo que supuso como posibilidad de democratización social divorciada de la democracia política, la recuperación de la democracia política y su precariedad, la terrible guerra interna de los ochenta y los noventa con su secuela de heridas aún lejos de resolverse, la resistencia y la lucha contra el autoritarismo y la corrupción que caracterizaron al fujimorismo, la transición del año 2000 y la frustración que produce el actual gobierno.
En todos estos procesos, el Estado, la economía y la sociedad cambiaron. El primero pasó de ser omnipresente y todopoderoso a subordinarse crecientemente al mercado y a limitarse a tratar de regularlo. La economía, que en la década de 1970 dependió fuertemente del Estado y de la política, hoy le impone condiciones a aquel y parece blindada de la política. Finalmente, la sociedad que es nuestro referente histórico tampoco se mantuvo al margen de las profundas transformaciones operadas en el mundo y el país.
[ILUSTRACIÓN OMITIR]
Una de las más importantes fue la que experimentó en lo que respecta a la representación de intereses sociales: el paso de una sociedad estructurada alrededor de...
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