Julian Assange: periodismo Cientifico, conspiracion y etica hacker.

AutorVillena Salda
CargoINTERNACIONAL

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

El diario Le Monde ha elegido a Julian Assange como hombre del año. Lectores tan disímiles como los de Time y The Nation le han concedido el mismo título. (1) Sarah Palin lo compara con bin Laden, Vargas Llosa con Oprah Winfrey y Peter Singer con el idealista e irreprochable Woodrow Wilson. Un grupo de chamanes, mientras tanto, pisa su fotografía en el Cerro San Cristóbal culpándolo de la inestabilidad mundial que anuncian para los próximos meses. Galardonado por Amnistía Internacional y llamado a ser asesinado por Tom Flanagan, politólogo ex asesor del Primer Ministro canadiense, Assange es ciertamente un hombre que desata polémica. No es para menos. Como editor en jefe de WikiLeaks, ha promovido la publicación en línea de cientos de miles de documentos que han colocado en serios aprietos a funcionarios de Estado en países tales como Kenia, el Reino Unido, el Perú, Islandia y Estados Unidos.

Durante el último año, Assange parece haber concentrado la capacidad logística de su organización en la empresa de poner al descubierto la política exterior estadounidense. En abril mostró un video con el irónico título de "Asesinato colateral", en el que se aprecia cómo un helicóptero de las fuerzas norteamericanas en Bagdad dispara innecesariamente contra no combatientes y bombardea blancos civiles. La naturalidad en la toma de decisión de los pilotos nos invita a pensar que su conducta sigue el protocolo y no es una excepción. Esta idea se refuerza con la filtración en julio de los llamados diarios de Afganistán y con la subsecuente aparición en octubre de documentos militares clasificados sobre la guerra de Iraq. Con estas tres filtraciones, Assange era ya reconocido como un objeto de especial cuidado y abierto repudio en los círculos de Washington D. C. La permisibilidad terminó quebrándose cuando WikiLeaks diseminó entre diferentes medios de prensa un cuarto de millón de cables diplomáticos estadounidenses, en lo que ha venido a denominarse como "Cablegate".

El último 29 de noviembre, tras darse a conocer el contenido de los primeros cables y la dimensión del filtrado, Hillary Clinton acusó a Assange de poner en riesgo la seguridad nacional de Estados Unidos. Este tipo de declaraciones no son gratuitas ni abundan. Indican, de acuerdo con la Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos, que este país considera su derecho a acabar con la amenaza donde

quiera que se encuentre. Significa, en otras palabras, una sutil declaración de guerra.

Mientras la persecución internacional de Assange continúa, resulta pertinente detenemos a reflexionar en torno a las ideas sobre las cuales funda su empresa. Hay, de hecho, una filosofía detrás de WikiLeaks. Assange ha publicado un libro sobre la vida y ética de los hackers y escrito un manifiesto a favor de la transparencia y en contra de la conspiración aplicando la teoría matemática de grafos. Además, se considera a sí mismo como introductor de lo que denomina "periodismo científico". Todo un movimiento mundial de hackers ve en él a su líder intelectual y está dispuesto a defenderlo. De ello pueden dar cuenta PayPal, MasterCard y Visa, que, luego de congelar las cuentas de WikiLeaks, vieron colapsar uno a uno sus sitios web.

La primera guerra virtual ya se ha librado y ha sido en nombre de Julian Assange.

PERIODISMO CIENTÍFICO

Lejos de la imagen de anarquista que le han creado, Assange se declara un liberal tanto en sentido político como económico. Defiende con el mismo celo la democracia y el libre mercado y considera que para el funcionamiento óptimo de ambos sistemas es necesario contar con sólidos medios de prensa. (2) Una sociedad democrática no es mera forma. No basta con lo que en teoría es un equilibrio de poderes, se requiere, sobre todo, de ciudadanos críticos y bien informados. El poder es propenso a corromperse y no hay otro modo de evitarlo que la fiscalización continua de parte de los periodistas. Si hay libertad de prensa, esta y no otra es su justificación. Un mercado perfecto, por otro lado, requiere de información perfecta. Así, la acción política y la acción económica deben ser consecuencia de decisiones convenientemente informadas. Assange cubriría, en este sentido, una necesidad general. Provee de información a los medios y procura que estos la difundan ampliamente entre la ciudadanía, la que, a diferencia de meros receptáculos pasivos, podrá corroborar la verdad de las notas yendo al portal de WikiLeaks y revisando personalmente las fuentes sobre las que se han elaborado. Assange considera que con esto se establece un nuevo estándar periodístico, al cual llama "periodismo científico".

Este periodismo es científico porque procede del mismo modo que las revistas especializadas en difundir trabajos de investigación científica, como Science o Nature, por ejemplo. Una de las virtudes de la ciencia es su transparencia. La ciencia es pública. Coloca a nuestro alcance el caudal de evidencia y datos a partir de los cuales elabora sus explicaciones y construye sus teorías. En este contexto no hay información secreta. Es difícil imaginar a un científico que intente convencernos de la verdad de una teoría fundada en información a la cual no nos da acceso. El solo hecho de que pretenda hacer algo semejante veda toda posibilidad de que califiquemos su trabajo de científico. No habría razón para creer en la...

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