El dueño del circo.

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

¿Qué más debe hacer Alan García para que los grandes poderes globales le bajen el dedo ? Los poderes locales están fríos y le hacen la venia. Sin duda, sufre el síndrome de la impunidad que en su tiempo caracterizó a la dupla de oro Fujimori-Montesinos. Alan García ha metido su cuchara sin ningún reparo durante toda la campaña electoral: designó a Mercedes Aráoz como candidata de su partido y después la desembarcó dándole la espalda. Al fin de cuentas, solo se trataba de una hembrita. Después le echó el ojo a Keiko para fortalecer su alianza por cinco años más, y al constatar que a la chica le falta mucho trecho por recorrer, optó por Luis Castañeda, amigo de universidad y vecino en la Plaza Mayor. En las últimas semanas, Alan García ha empezado a responder entrevistas en un tono destemplado, dicharachero, canchero, como si fuese el dueño del Perú. En fin, como él bien dice: la plata llega sola. Incluso se ha dado el lujo de fantasear con Toledo, de quien dice tiene una obsesión...

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