2013, un año difícil

Por Enrique Bernales Ballesteros. ConstitucionalistaNo es bueno el balance político del 2013. Ha sido un año difícil, con escenarios sumamente complicados y donde los ánimos de confrontación han sido mayores que las coincidencias y acuerdos. Un elemento positivo es que los conflictos sociales disminuyeron y el Gobierno, a través del ex primer ministro Juan Jiménez, inició un diálogo sobre políticas nacionales que en su primera ronda convocó a todos los partidos políticos en reuniones de donde surgió una agenda de asuntos percibidos como problemas de urgente solución. Ese diálogo fue un acierto, porque en democracia el diálogo y los consensos son siempre preferibles a la crispación y a esa rigidez de posiciones, donde lo único que crece es la intolerancia.En julio y en vísperas de la presentación del presidente Ollanta Humala en el Congreso, para su mensaje anual a la nación, sectores de oposición adelantaron balances críticos e hicieron exigencias al Gobierno en asuntos como la inseguridad ciudadana, la corrupción, la política minera, el reimpulso de la inversión privada y la búsqueda de un mejor equilibrio entre el crecimiento económico y las políticas sociales. En estas materias, las exigencias por parte de la oposición en el Parlamento, en los medios y en los agentes económicos y sociales fueron de lógica maximalista. Tal vez por ello la respuesta del Gobierno no fue de apertura en ninguno de los aspectos demandados.El presidente prefirió mantener la continuidad de las políticas en ejecución desde agosto del 2011, hecho que irritó a la oposición e incrementó la tensión en las relaciones del Gobierno con los sectores que se le oponen.Un aspecto criticable del Gobierno fue la visible contradicción entre una política de diálogo, supuestamente auspiciada desde Palacio, que, sin embargo, contrastó con un discurso que en más de un momento tuvo un rigor inusual de crítica a los partidos. Ello hizo más anchas y profundas las zanjas que separan al humalismo del Apra, del fujimorismo y de la izquierda. No faltaron comentarios que calificaron esa actitud del Gobierno como de injustificable autosuficiencia. En este contexto, la oposición dio pasos destinados a hacer más grandes las distancias y diferencias con el Gobierno. Si bien a este debe criticársele por una vocación de enclaustramiento que no es buena, resulta ciertamente preocupante que desde la oposición...

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