200 años de luces, sombras y esperanzas

Por Al servicio del país desde 1839

?¡Cien años transcurridos desde que el prócer inmortal, el gran argentino San Martín, anunció al mundo, con las palabras proféticas de su boca de héroe, el hecho magno de la emancipación peruana; cien años de vida autónoma que nuestro anhelo de independencia inscribió, con caracteres definitivos, en las revueltas páginas del libro de la historia!?, exclamaba nuestro editorial cuando la independencia del Perú cumplía su centenario. El Perú es otro desde ese entonces y lo era aún más hace 200 años, efeméride que celebramos hoy, en medio de una pandemia que todavía nos asola y sumidos en otro episodio de incertidumbre política e institucional.Como ocurre con todos los países del mundo, nuestra historia es una colección de tragedias, dificultades y tensiones, pero los recuerdos de nuestro pasado, siempre revisitados en ocasiones tan extraordinarias como esta, resaltan por ser al mismo tiempo testimonios de superación y de supervivencia. A pesar de las guerras, las plagas y la vileza de algunos líderes que, en tantos momentos de nuestra vida republicana, no estuvieron a la altura de la responsabilidad que el azar o su gente les encomendó, siempre está la certeza de que la ciudadanía se impone y con ello las ansias de superación de toda la patria. Porque, en honor a la verdad, con prescindencia de las adversidades que la realidad nos ha impuesto, el Perú de hoy será siempre mejor que el de ayer. Nuestra evolución democrática y las convicciones que la componen pueden enfrentar obstáculos, pero como la noche, los frenos y las complicaciones, nunca son eternos.El Comercio ha tenido el privilegio de ser testigo de todo ello. El 30 de julio de 1840, por ejemplo, nos pronunciábamos en contra de la esclavitud, deseando que en ?América no se encuentren sino hombres libres que conociendo su dignidad aspiren a la mejora de la especie?. El 2 de agosto de 1872, por otro lado, celebrábamos al primer presidente civil tras cinco décadas de caudillismo: ?Hoy, Manuel Pardo, aclamado en todas partes, y haciendo el milagro de reunir en las numerosas falanges de sus partidarios, a hombres que jamás se juntaron anteriormente en ninguna empresa política, toma tranquila posesión de la presidencia de la República?. Años después, el 15 de enero de 1884 (tras la reapertura del Diario, que permaneció cerrado durante la ocupación chilena de Lima), nos apenábamos por las derrotas en San Juan y Miraflores durante la guerra con Chile...

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