Capítulo I. Empresa y empresario

AutorÁlvaro Zegarra Mulánovich
Cargo del AutorDoctor en Derecho , Universidad de La Coruña
Páginas155-167
Álvaro Zegarra Mulánovich
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se ejercen por personas jurídicas expresamente constituidas en forma
civil (como las sociedades civiles).
127. Empresa y empresario.
El término “empresa” suele usarse en tres sentidos que conviene
diferenciar claramente: el sentido funcional, el sentido objetivo y el sen-
tido subjetivo. En sentido funcional o dinámico, la empresa es la misma
actividad (serie o sucesión de actos en el tiempo) de organización, cuyo
agente es el empresario, según lo he def‌i nido más arriba.
En sentido objetivo, la empresa (llamada muchas veces “ne-
gocio”, “establecimiento” o “fondo empresarial”) es el producto
de esa actividad, en cuanto se materializa en unas estructuras y
relaciones más o menos estables, que comprenden también un
sustrato patrimonial, y que permiten concebir al conjunto como
un “bien”, susceptible de valoración económica y atribuido al
empresario como a su titular.
Tomado el término en sentido subjetivo, “empresa” quiere signif‌i car
al propio empresario, al sujeto de la actividad, al titular del negocio.
En mi opinión, esta última acepción debe evitarse, a pesar de ser tan
común en la legislación, la doctrina y el lenguaje ordinario (especial-
mente referida a las personas jurídicas mercantiles), pues es incorrecto
confundir a una persona con su actividad o con sus cosas.
128. Adquisición y pérdida de la condición de empresario.
La calidad de empresario constituye un status jurídico, cuya ad-
quisición tiene el efecto de someter la actividad profesional del sujeto
las especialidades del Derecho Mercantil. Esto incluye algunos deberes
específ‌i cos, diferentes reglas para sus negocios y relaciones jurídicas
privadas y normas concursales especiales. Por eso es importante saber
en qué momento se adquiere y hasta cuándo dura tal condición.
En general, se considera empresario a una persona natural o ju-
rídica desde que se dedica al ejercicio de la empresa. Esto lo determinan
cuatro características, que se derivan de la propia noción de empresa:
actividad de organización, en primer lugar; profesionalidad de la misma;
ejercicio en nombre propio, y destino al mercado del resultado.
La empresa como actividad tiende a la organización de los elemen-
tos personales y materiales que son el instrumento para la producción
§ 127

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