Imaginar nuevas formas de democracia.

AutorAbad Ortiz, Gonzalo

Corrupción, crisis de los partidos políticos, descrédito y fragilidad institucional, graves desigualdades económicas, las democracias latinoamericanas están gravemente enfermas. Requieren una operación a corazón abierto y una transfusión urgente de litros de imaginación para encontrar soluciones a su impotencia. Sobre estos temas y sobre la crisis de su país y de sus vecinos expresa aquí su opinión Gonzalo Abad Ortiz, sociólogo y politólogo ecuatoriano, funcionario del sector de ciencias sociales de la Unesco desde hace veinte años. Abad prologó recientemente un interesante libro-reportaje sobre los últimos veinticinco años de democracia en el Ecuador:

Uno de los factores que desencadenó la crisis política que culminó con la destitución del presidente Lucio Gutiérrez fue la distancia entre el discurso, más bien progresista, que este mantuvo antes de acceder al poder y al inicio del proceso, y su actuación real una vez instalado en el Palacio de Carondelet. Algunos incluso se atrevieron a compararlo con el presidente venezolano Hugo Chávez. ¿Cómo explica su mutación? ¿Cree que este paralelo con Chávez tiene alguna validez?

El paralelo no me parece válido. Al hacer la campaña electoral Gutiérrez intenta, en efecto, asociarse a sectores progresistas: la representación indígena, algunos militares progresistas vinculados a la caída del ex presidente Mahuad, ciertos sectores populares ... Por eso su discurso tiene las características de aquellos de la izquierda en lo que se refiere a la estructura, a los argumentos presentados en campaña. Es más, se dice, y esto aún no se ha aclarado del todo, que tuvo contactos con el Partido de los Trabajadores de México, partido de izquierda marxista declarada, y también con el PT de Lula da Silva, en Brasil. Gutiérrez venía de esa familia política. Yo creo que el problema radica en que el Coronel no creía posible ganar las elecciones. Con esta campaña electoral solo esperaba una primera entrada a la vida política nacional. Su partido era muy débil, construido sobre la base de amistades, de relaciones familiares. La imprevista reacción favorable del electorado --que en esa ocasión rechaza otras candidaturas más tradicionales dentro del espectro político-- lo sorprende y le da un acceso inmediato al poder que él no esperaba. Ni siquiera tenía un programa claro de gobierno, ni una clara idea del manejo del Estado.

El poder le quedó grande, en cierto modo.

En efecto, su triunfo lo sorprendió. Tanto es así que cuando asume la presidencia lo primero que hace es convocar mesas de diálogo para construir el programa que no tenía. La elaboración de este recae entonces en los sectores progresistas que lo habían acompañado durante la campaña. Así, al menos durante el primer mes, las recomendaciones, las apreciaciones técnicas, provienen del diálogo con la sociedad civil, con los movimientos sociales. Estos le construyen una propuesta idealista que no tiene nada que ver con la realidad política que deberá enfrentar, a saber, el manejo de las dificultades económicas, los ajustes, las relaciones con el Fondo Monetario Internacional, las relaciones internacionales, etcétera. Desde un inicio, Gutiérrez se encuentra en una situación dicotómica muy difícil de manejar: por un lado, un discurso progresista y, por el otro, una realidad política estatal que le resulta ingobernable. Termina por confiarle el manejo de la política a los sectores tradicionales, habituados al poder, que le plantean el modelo opuesto. De allí que, pasado el primer mes, el coronel Gutiérrez tome la decisión de cambiar de bando y sea coherente con esa decisión. Con Gutiérrez el discurso quedó en eso, en discurso. Y la política se hizo con gente que tiene las conexiones con los principales centros de poder: en lo económico, con el FMI --que le acuerda una ayuda inmediata-- y el Banco Mundial y, en lo político, viaja a Washington a poco de asumir el poder y establece una firme alianza con Estados Unidos. Esto significa el mantenimiento y la creación de bases militares estadounidenses...

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