Una muerte en vida

Por Susan Abad. Corresponsal en BogotáQuince años y 64 cirugías después de que su marido le lanzara ácido al rostro, Consuelo solo tiene de alivio el nombre. Como ella, más de mil personas sufren a diario las secuelas de una horrorosa forma de violencia que se viene incrementando en Colombia.El ataque, en los pasados diez días, a cuatro personas, una de la cuales murió a consecuencia de la corrosión que el ácido provocó en su cuerpo, prendió nuevamente las alarmas en una población que se escandaliza ante un delito que, sin embargo, no es nuevo.?Tenían que atacar a una chica de la clase alta para que el Gobierno se interesara realmente en las que hemos sido víctimas de este atroz tipo de asesinato en vida al que nos someten los agresores?, dice a El Comercio Gina Potes, presidenta de la Fundación Reconstruyendo Rostros.En efecto, tras la agresión, por parte de un enamorado rechazado, a Natalia Ponce de León, en un exclusivo barrio de Bogotá, el presidente Juan Manuel Santos rechazó públicamente este tipo de actos y ofreció una recompensa de 35 mil dólares a quienes denuncien y conduzcan a la captura de esta clase de criminales.Pero el problema es de vieja data. Según el Instituto Nacional de Medicina Legal, 926 personas, el 70% de ellas mujeres, han sido quemadas con ácido en los últimos nueve años. ?En realidad son muchas más?, asegura Potes. ?Existe un subregistro de personas que no denuncian. La fundación tiene registro de casos de hace 20 años. En su mayoría es gente muy pobre que siempre ha estado abandonada por el Estado?.?Este ataque siempre fue considerado una lesión personal, por lo tanto no exigía cárcel para el atacante ni reparación para la víctima? , afirma Consuelo, cuyo agresor pagó tres meses de cárcel. Para sus cirugías, ella ha tenido que recurrir a fundaciones y personas de buen corazón. La desidia estatal la resalta la Representante a la Cámara Gloria Díaz, autora del proyecto, que convertido en el 2013 en Ley, espera desde hace 9 meses que el Gobierno la reglamente para su aplicación.?Con la Ley 1639 se logró aumentar las penas a los criminales, eliminar el beneficio de casa por cárcel a los autores e impedir descuentos en la pena por buen comportamiento?, explica a El Comercio la congresista. Señala que las penas aumentan hasta 15 años cuando hay deformidad en el rostro y exige que el Estado brinde atención integral, con cirugías reconstructivas y estéticas, y acompañamiento psicológico a las víctimas.Asimismo, la norma...

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