¿La volatilidad de enero fue un problema pasajero o presagio?

Enero fue un mes excepcional y emocionante para los mercados financieros. Volvió la volatilidad a los mercados de valores.Para utilizar un indicador no demasiado sofisticado, casi tres cuartas partes de los días de operaciones exhibieron movimientos de más de 100 puntos en el Promedio Industrial Dow Jones. Los rendimientos de los bonos públicos de calidad más alta se desplomaron; los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años terminaron el mes en 1,64% y la tasa a 10 años de Alemania tocó un mínimo récord de 0,298%. Por su parte, los mercados cambiarios se caracterizaron no solo por las fluctuaciones notables en los valores de las divisas, sino también por las modificaciones en los sistemas cambiarios para países obsesionados por la estabilidad como Singapur y Suiza.Muchos de estos sucesos reflejan el efecto de la ?divergencia? ?es decir, desviaciones grandes y persistentes entre países sistémicamente importantes en lo que se refiere al desempeño económico y las perspectivas relativas a la política monetaria?. A falta de respuestas integrales en materia de política y de limitaciones a los diferenciales de las tasas de interés, esta variación siguió imponiendo una carga enorme a las monedas, obligándolas a convertirse esencialmente en los principales amortiguadores de shocks. Y, tal como la historia nos ha demostrado, los movimientos en los mercados de divisas ?especialmente los grandes- tienen consecuencias para otros mercados.Los sucesos en los mercados cambiarios ya tuvieron repercusiones. En la última temporada de declaración de ganancias, varias empresas mencionaron los movimientos cambiarios como fuerzas negativas poderosas. Mientras tanto, dado que muchos inversores internacionales en el mercado de acciones dejaron desprotegidas sus exposiciones cambiarias, era inevitable que las pérdidas cambiarias se tradujeran en evoluciones negativas en los fondos de inversión.El contagio adverso también fue generado por el movimiento abrupto en los precios del petróleo, conforme el mercado seguía adaptándose a un cambio fundamental en las condiciones del suministro (es decir, el retiro de facto de la Organización de Países Exportadores de Petróleo ?y de Arabia Saudita en particular- como productor de equilibrio). Los precios en baja obligaron a las empresas de energía a apresurarse a reducir los gastos en capital. Países productores de petróleo mal administrados, como Rusia y Venezuela, experimentaron un deterioro de la calidad crediticia y un...

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