Viviendo con inflación

AutorThe Economist

La inflación está recuperando el tiempo perdido. Una palabra que muchos creyeron pasada de moda, está de regreso en los labios de casi todo CEO que franquea un bombardeo de shocks combinados, guerra, crisis de commodities, alteración de cadenas de suministro y escasez laboral. Entre diciembre y marzo, casi el 75% de las empresas del índice S&P 500 mencionó la inflación en sus conferencias de prensa, según la firma de data FactSet.

En países ricos, los precios del productor están subiendo a su mayor tasa en 40 años. El gerente de Finanzas de Renault, Thierry Piéton, señaló que la automotriz francesa predijo que los costos de insumos se duplicarían este año, pero ahora piensa que se triplicarán. Elon Musk, CEO de Tesla, indica que los proveedores están pidiendo entre 20% y 30% más por autopartes. Otros hablan de costos cinco veces mayores para envíos de contenedores entre Europa y Asia, falta de camioneros en Estados Unidos y problemas para conseguir desde granos de café hasta litio.

En medio de esa vorágine, los pleigros de malentender la inflación son obvios, Netflix intenta elevar sus precios en plena guerra entre servicios de streaming. Pero en general, tras años de insignificantes alzas, algunas de las compañías más conocidas están incrementando precios sin alejar a sus consumidores. Una gran pregunta es por cuánto tiempo podrán seguir haciéndolo. En ciertos casos, el público entiende que "tiene que ceder", según Mark Schneider, CEO de Nestlé, la mayor empresa de alimentos del mundo.

Es que la guerra está en TV y la pandemia sigue fresca en las mentes de la gente. En otros casos, las alzas se realizan más solapadamente: ofrecer productos premium a quienes todavía pueden pagarlos o reducir costos en aquellos en que la asequibilidad es fundamental. Muchas grandes empresas aplican ambas estrategias. La ventaja inmediata es para las que poseen marcas y participaciones de mercado más fuertes, pues eso les brinda más flexibilidad para subir precios.

Coca-Cola, con casi la mitad del mercado mundial de gaseosas, aumentó de precios y volúmenes para generar ganancias extraordinarias y Nestlé, que apenas varió precios durante años, los elevó 5.2% en el primer trimestre, su mayor alza desde el 2008. Tales empresas también se benefician de otro actor asociado con el poder de marca: su capacidad de acrecentar el costo de productos caros. La tendencia parece estar arraigando y los más generosos son los dueños de mascotas Purina, de Nestlé, fue la...

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