La Verdad vs. la Defensa: Un análisis sobre el conflicto entre la Pontificia Universidad Católica del Perú y el Arzobispo
| Autor | Carlos Enrique Carpio Ramírez |
| Páginas | 316-333 |
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La Verdad vs. la Defensa: Un análisis
sobre el conflicto entre la Pontificia
Universidad Católica del Perú y el Ar-
zobispo1
Comisión de Investigaciones de la Asociación Civil Foro Académico
“Estoy ligado de indisoluble manera a la Universidad Católica por mis principios religiosos y
por cuantos principios generales profesa. Enemigo de todos los monopolios, partidario de la
libertad de enseñanza, convencido de las ventajas fecundas que aportan la competencia y la
emulación, veo realizada día a día en esta Universidad, mis mejores anhelos y mis más arrai-
gados idearios […]”.
José de la Riva Agüero y Osma
(Discurso pronunciado con ocasión de la celebración por los veinticinco años de la Pontificia
Universidad Católica del Perú)2
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Introducción
La Pontificia Universidad Católica del Perú (en ade-
lante, Universidad Católica) desde sus inicios –mu-
cho antes de recibir el rango de Pontificia– estuvo
estrechamente vinculada a personajes de formación
religiosa y, en general, a un ambiente o círculo reli-
gioso. Baste decir que fue fundada por el R.P. Jor-
ge Dintilhac, religioso de la Orden de los Sagrados
Corazones de Jesús; que se mantuvo dirigida cerca
de sesenta (60) años por rectores sacerdotes; que su
escudo recoge la frase, sino admonición, “et lux in
tenebris lucet”3; y que se encuentra consagrada a
los Sagrados Corazones de Jesús y de María, y tiene
como Patrono a Santo Tomás de Aquino y Santa
Rosa de Lima. Asimismo, en el artículo 1 de su Es-
tatuto se indica que la Universidad esta
“dedicada a
los fines esenciales de una institución universitaria
católica: formación académica, humana y cristiana
[…]”.
A la fecha se mantiene esa vinculación pero con ma-
tices muy distintos a los que se avizoraban en sus
comienzos. Ahora, dicha relación se centra en una
discusión entre la Universidad y el Arzobispo de
Lima: ¿quién debe administrar los bienes dejados en
herencia por Don José de la Riva Agüero?
Don José de la Riva Agüero y Osma, connotado
abogado, quien declaró
“[…] ser católico, apostóli-
co, romano en cuya religión nací y he vuelto a vivir
y morir”
4, ciertamente también estuvo vinculado a
esta Universidad, y no sólo por su amistad con el
R.P. Jorge Dintilhac SS.CC. y su participación como
profesor en dicha Casa de Estudios. Su relación fue
mucho más allá; toda vez que al poseer una enorme
fortuna y al no tener familiares directos que lo pu-
dieran heredar, otorgó diversos testamentos, dentro
de los cuales instituyó a dicha Universidad como su
heredera, bajo la condición de que exista a los veinte
años de su muerte (Cláusula décima sétima del testa-
mento del año de 1933).
No obstante, en un testamento posterior dispuso
que
“Para el sostenimiento de Universidad Católica
de Lima, a la que instituyo por principal heredera
[…], pongo como condición insubstituible y nombro
como administradora perpetua de mis bienes, una
Junta que será al propio tiempo la de mi albaceaz-
go mancomunado por indeterminado plazo, que se
lo concedo y prorrogo de modo expreso”
(Cláusula
quinta del testamento del año de 1938).
En tal sentido, ha surgido una discusión respecto de
si la Universidad Católica ha adquirido la propie-
dad de los bienes dejados por Don José de la Riva
Agüero, una vez cumplido los veinte (20) años des-
de la muerte de este, o si los bienes, aun después de
dicho plazo, han de ser administrados por la Junta
Administradora nombrada vía testamento por Riva
Agüero, e integrada por una persona designada por
el Arzobispo de Lima.
Es en ese contexto que se siguen diversos procesos
judiciales con la finalidad de resolver dicha contro-
versia. Ante tal circunstancia, el presente artículo
es un intento por esclarecer la discusión planteada,
respecto de la cual se ha dicho mucho, pero se ha
explicado tan poco.
I. Antecedentes
Con fecha 30 de diciembre de 1975, la Junta Ad-
ministradora de los bienes de Don José de la Riva
Agüero, la misma que se encontraba ejerciendo fun-
ciones aún después de 31 años de su muerte, habría
otorgado por treinta (30) años el usufructo de un
terreno en donde funcionaría y sería construido el
colegio “Juan XXIII”.
De otro lado, el 13 de julio de 1994 los miembros
conformantes de la Junta Administradora instituida
en los testamentos de Don José de la Riva Agüero (el
Rector de la Universidad Católica –en su momento
el señor Salomón Lerner– y el miembro que fuera
designado por el Arzobispo de Lima –en ese enton-
ces, el Cardenal Luis Vargas Alzamora–) suscriben
un acuerdo (en adelante, Acuerdo de 1994) en el
cual establecen que la Junta no tiene injerencia en
la administración de las propiedades dejadas por el
testador.
Posteriormente, en enero del año 1999, el Cardenal
Juan Luis Cipriani es elegido como Arzobispado de
Lima; por otro lado, en julio de 2004, Luis Guzmán
Barrón es elegido como Rector de la Universidad Ca-
tólica.
Es en tal contexto que en el año 2004, la Pontifi-
cia Universidad Católica solicita al colegio “Juan
XXIII” la devolución del terreno que había sido dado
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