Túpac Amaru en Palacio: la experiencia velasquista

Por Historiador, profesor de la PUCP

El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.Quien esto escribe era un escolar cuando ocurrió el golpe militar del 3 de octubre de 1968. Recuerdo la emoción que sentí al enterarme de lo que había ocurrido en Palacio de Gobierno esa madrugada, por boca del director del colegio, un robusto fraile mercedario que reunió a los alumnos en el patio antes de licenciarnos por el resto del día. ¡Un golpe militar! ¡Como los de Sánchez Cerro y Odría, de los que había escuchado hablar a mis padres y tíos y habían marcado, hasta cierto punto, sus vidas! ¿Sería este el mío? Casi nadie sabía quién era ese general Velasco que presidía la Junta de Gobierno. Sin embargo, este gobierno militar iba a ser muy diferente a los anteriores. En vez de irrumpir en el escenario político para resguardar los intereses de las élites, se caracterizó por cuestionar su papel en el desarrollo nacional, proponiéndose un conjunto de ?reformas estructurales? llamadas a cambiar el destino del país.El gobierno de Juan Velasco Alvarado (1968-1975) lidera, probablemente con el de Fujimori (1990-2000), la lista de regímenes más controvertidos de la historia del Perú contemporáneo. Hasta cierto punto son como dos caras de una moneda, ya que lo que uno construyó (el Estado interventor, las empresas públicas, el monopolio estatal de las divisas, el proteccionismo de la industria, el colectivismo agrario), el otro desmontó, y la política de sus gobiernos aparecen, respectivamente, como los referentes históricos más cercanos de la experiencia del socialismo y el liberalismo en el Perú.En nuestros días es habitual, en muchos sectores, cuando se evoca la experiencia del gobierno militar, condenar su origen dictatorial o no democrático, pero valorar positivamente sus reformas como modernizadoras, redistributivas o necesarias. Quisiera cuestionar aquí ambas ideas. Para lo primero, es importante ubicar los hechos en su contexto histórico. Para mediados del siglo pasado la fórmula republicana de alternancia en el poder mediante elecciones competitivas no se había aún consolidado. Como en toda América Latina, se hacían elecciones en épocas ?normales?, pero en las coyunturas críticas o cuando los partidos civiles no alcanzaban un consenso político, los militares salían a escena a sacar las papas del...

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