El ?Tigre?, Guerrero y un masaje al ego

Por PedroOrtiz Bisso

Lea mañana en Lima a Angus LaurieEl Comercio no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.El peor homenaje a la memoria del plantel de Alianza Lima que pereciera en el mar de Ventanilla fue un horrible monumento que por muchos años estuvo colocado en la avenida México, en La Victoria.Once jugadores y un hombrecillo de metal que supuestamente correspondía a Marcos Calderón posaban para un fotógrafo imaginario por última vez. A los lados había un avión partido en dos que semejaba al Fokker, una bandera y la insignia aliancista. Encima, una pelota con infinitos paños en proceso de perder su redondez.No es el único despropósito cometido en nombre de la inmortalidad futbolística. La efigie de Lolo Fernández que recibe a los hinchas en el Estadio Monumental tiene el tronco muy corto y los brazos tan largos, que si pudiera extenderlos probablemente tocarían el suelo.El bronce ?o algún metal que parezca serlo? ha sido vehículo para honrar a las glorias deportivas en diversas partes del mundo. Gabriel Omar Batistuta, uno de los mejores delanteros de la historia, tiene su escultura en Buenos Aires; Lionel Messi cuenta con varias en su país. A una de ellas, unos vándalos le cortaron las piernas en la capital argentina.La efigie de Michael Jordan estirándose hasta casi hacer explotar sus músculos segundos antes de encestar es un ícono de Chicago y motivo de peregrinaje de los aficionados al básquetbol que visitan el United Center, la casa de los Bulls.Hay también esperpentos...

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