?Como las reacciones a la muerte de Fidel Castro demuestran, la mayoría de sus líderes sigue valiéndose de un doble rasero moral

Por Al servicio del país desde 1839Hay una cierta ironía en que quienes ostentan un cargo al que han llegado por la vía electoral desdeñen la democracia. Y sin embargo, en nuestro país vemos permanentemente ejemplos de ello.En esta página hemos fustigado con frecuencia las justificaciones del golpe del 5 de abril de 1992 en las que resbala cada cierto tiempo más de un congresista fujimorista (e incluso algún aventurero que logró llegar al Parlamento confundido en la lista oficialista), así como el doble rasero con el que miden en el Frente Amplio las tiranías del continente: si las consideran de derecha (como las de Pinochet o Fujimori), a la hoguera con ellas. Pero si sintonizan con su prédica izquierdista, la voz se les adelgaza para condenar los atropellos (como les ha ocurrido a propósito del régimen chavista en Venezuela); y llegado el caso, hasta son capaces de emitir pronunciamientos de homenaje, como vimos hace poco con motivo de la muerte de Fidel Castro en Cuba, sátrapa entre los sátrapas de Latinoamérica.Lo que no habíamos visto hasta ahora en la bancada de ese frente, sin embargo, era la defensa abierta de una dictadura local. Pero, al parecer, era cuestión de esperar. Porque esta semana, en una entrevista televisiva, el legislador Justiniano Apaza dejó muy en claro que el doble rasero del que hablábamos antes también funciona a nivel doméstico.Mientras recordaba la deportación de la que fue víctima en mayo de 1978, durante el gobierno de facto que presidía en ese momento Francisco Morales Bermúdez, Apaza saludó la circunstancia de que este haya sido condenado a cadena perpetua por un tribunal italiano a raíz de su colaboración con una operación del Plan Cóndor (una alianza secreta entre las dictaduras militares sudamericanas de ese entonces para coordinar una persecución ?sin fronteras? de sus opositores). La sentencia, dijo, era ?correcta y justa? y ?lo mínimo? que se podía hacer con respecto a un personaje al que llamó repetidas veces ?y con razón? ?dictador?.Entre los cargos que le hizo a Morales Bermúdez, no obstante, pronto asomó el de ?haber traicionado los postulados de la revolución peruana encabezada por el general Juan Velasco Alvarado...

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