Razonar sobre la gestión

AutorStephen Toulmin - Richard Rieke - Allan Janik
Páginas525-558
Capítulo 29
Razonar sobre la gestión
Durante los últimos cien años ha habido un crecimiento sin
precedentes en el ámbito de los negocios, la industria, el gobierno
y otras instituciones sociales, y esto ha despertado el interés en
el funcionamiento de tales organizaciones humanas complejas. En
particular, ha aparecido una nueva clase de “gestores profesionales”.
Mientras que anteriormente las industrias eran dirigidas por artesanos
o comerciantes, tales como los mecánicos, los sastres y los contables,
el gestor moderno es un nuevo tipo de especialista cuya principal
habilidad reside en dirigir las actividades de las organizaciones. Así
pues, el gestor actúa al mismo tiempo como el responsable de la toma
de decisiones y como un ejecutivo: sus tareas consisten en determinar
qué se debe hacer en un negocio y después asegurarse de que los di-
ferentes miembros de la organización actúen de la manera requerida.
El análisis de la gestión es nuevo en comparación con el análisis
de la política o de la ciencia, del derecho o de la estética, así que su
forma característica de razonamiento no ha atraído tanta atención o
generado un conjunto tan rico de bibliografía como la argumenta-
ción en otros campos. Aun así, la gestión es un campo de una gran
importancia en la sociedad moderna. Muchas personas se ven en la
situación de tener que llevar a cabo un razonamiento sobre gestión,
así que este es un campo que merece nuestra atención aquí.
STEPHEN TOULMIN | RICHARD RIEKE | ALLAN JANIK
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Los desarrollos en el comportamiento de gestión tienden a en-
focarse en actividades de los negocios y la industria, pero la gestión
y las prácticas organizativas también se han vuelto importantes en el
gobierno, la educación, la investigación y las instituciones benéficas.
En nuestros comentarios usaremos el mundo de los negocios como
nuestro foco principal, pero nuestras observaciones sobre prácticas
de razonamiento habitualmente se aplicarán también a otras organi-
zaciones complejas fuera de los negocios.
LA GESTIÓN COMO FORO DE ARGUMENTACIÓN
Hace no tantos años, la organización empresarial típica solo
involucraba a uno o dos jefes y un grupo bastante pequeño de emplea-
dos. A menudo el jefe había creado personalmente la empresa, había
hecho la mayor parte del trabajo durante los primeros años y solo
había empezado a contratar a otros empleados cuando la magnitud
de las operaciones había crecido tanto que él solo no podía ocuparse
de todas. En tal situación, el “razonamiento” que había detrás de cada
decisión empresarial rara vez era explícito y era difícil de encontrar.
El jefe reflexionaba sobre los asuntos y después anunciaba qué era lo
que había que hacer. Normalmente no se animaba a los empleados a
expresar sus desacuerdos. Hacían lo que se les ordenaba. Así que no
había ningún “foro de argumentación” interno en el que las decisiones
del empresario pudieran ser sometidas a la discusión y la crítica colec-
tivas. Además, a principios del siglo veinte, las empresas comerciales
a menudo eran de ámbito local y su rango de actividades era limitado:
cada una de ellas fabricaba unos pocos productos propios y dejaba a
otras compañías la responsabilidad de los demás productos. Por otro
lado, la implicación del gobierno en los negocios era mínima y mu-
chas compañías aún eran actividades familiares privadas sin ningún
accionariado externo. Así que no se daba ninguna ocasión en que las
decisiones empresariales tuvieran que ser explicadas y justificadas a
personas ajenas o a organismos gubernamentales.
Durante la mitad del siglo veinte, la organización típica aumentó
de tamaño y de complejidad hasta el punto de tener múltiples de-
partamentos, cada uno de ellos dirigido por su propio gestor, quien
se encuentra varios escalones por debajo de cualquier jefe último.
Incluso el jefe ya no puede ser el autócrata —el único que toma las
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decisiones— que solía ser. Ahora probablemente trabajará con un
comité ejecutivo y un consejo de administración ante el que tendrá
que presentar razones para las decisiones que tome. También puede
que la compañía contenga diversos elementos o sucursales en dife-
rentes lugares de todo el país o de todo el mundo, cada uno de los
cuales conste de un grupo de gestores; y es probable que la compañía
sea pública, de modo que tendrán que explicarse y justificarse el
rendimiento empresarial y las decisiones ante los accionistas de una
manera “razonable”. (Las compañías públicas están obligadas por ley
a “rendir cuentas a sus accionistas”.)
El gobierno también se ha implicado mucho más en las acti-
vidades diarias de las empresas. Las personas, por medio de sus
representantes electos, han decidido ahora vigilar más de cerca el
impacto que tienen los negocios y la industria en el resto de la so-
ciedad y en el ambiente natural. El público quiere evitar los tipos
de manipulación de acciones que podrían perturbar los mercados.
Objetan a las grandes fluctuaciones de los precios si se producen por
la connivencia de quienes deberían ser competidores. Se preocupan
por los productos que pueden causar lesiones o que se presentan con
publicidad engañosa y les desagradan los daños que el humo y los
productos residuales de las fábricas están haciendo a su ambiente.
Por estas y otras razones, los gobiernos han empezado a exigir cada
vez más a los gestores empresariales que presenten justificaciones
razonadas de muchas de sus actividades.
Estos desarrollos modernos han conducido a una variedad de
foros de argumentación sobre gestión. A pesar del hecho de que los
argumentos varían de una situación a otra, pues las presentaciones
ante los consejos de administración son algo diferentes de las nego-
ciaciones con organismos gubernamentales o de los informes a grupos
de accionistas, pueden identificarse dos puntos centrales que son
característicos de los argumentos sobre gestión. Por un lado, se exige
a los gestores que tomen decisiones que estén bien fundamentadas y
sean racionalmente defendibles. Por otro lado, gran parte del razo-
namiento que llevan a cabo tiene que ver con la justificación de sus
políticas y sus actuaciones ante los consumidores, los accionistas, los
gobiernos y similares. Así que aquí nos concentraremos en estos dos
tipos centrales de razonamiento sobre gestión: toma de decisiones y
justificación de políticas.

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